Verá usted como vamos a tener que acabar dando la razón a Julio
Rodríguez Angulo en cuanto a lo del matadero. Rodríguez Angulo, veterinario
jubilado hoy, cuando no lo estaba nos dijo que no era partidario del acuerdo de
“mate” con el matadero frigorífico, porque “el traslado de las funciones y
servicios del matadero Municipal al Frigorífico tendría todos los
inconvenientes que pueden reportar la subordinación de un organismo municipal a
una empresa privada”. Señalaba otros inconvenientes más y abogaba, en aquel
entonces —que era por los años setenta y tantos— por la construcción de un
moderno matadero municipal. Pues bien, el acuerdo se firmó y se ha desmantelado
el viejo matadero municipal, que dicho sea de paso estaba ya en muy malas
condiciones, pero al parecer —y esto son sólo rumores que captamos en los
medios próximos al mismo— el “mate” que pudiéramos llamar oficial no ha
comenzado todavía en dicho matadero frigorífico. Se dio la nebulosa fecha de
“comenzar dentro de unos quince días”, pero las fechas se han ido retrasando y
el acuerdo no ha comenzado a cumplirse, con la lógica desesperación de los
carniceros que, acogidos a él, quieren sacrificar sus reses y no pueden
hacerlo.
Vuelven por tanto a pensar que más útil sería la construcción de un
nuevo matadero municipal —como decía el veterinario jubilado— y dejarse de
acuerdos que acaban demorándose por un motivo u otro.
En fin, nuestro fuerte no es el “mate”, pero hemos dado en pensar si
la supuesta repercusión de la “huelga” de consumo de carnes, decretada por la
OCU, a nivel provincial no estará afectada por estos otros inconvenientes del
acuerdo municipal, con lo que el retraimiento de ese 30 a 40 por ciento de
consumidores de carne del que nos hablaba Rodríguez Reguera no será también por
los inconvenientes surgidos con el Matadero Frigorífico, que al no haber
comenzado el “mate” ha obligado también a los carniceros a tener menos
existencias, con lo que se estaría achacando a la “huelga” de la OCU algo que
no depende sólo de ella. En fin, sabemos que había cabildeos y preocupación
municipal por ese nuevo inconveniente, y sólo queda esperar a ver en qué queda
todo.
Diario HOY, 8 de noviembre de 1980
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