viernes, 2 de junio de 2017

Buenos días, señor ministro

Eufórico estaba ayer don Jaime Velázquez, porque el proyecto de canon sobre energía eléctrica marcha por buen camino. Así lo hizo saber en el pleno de la Diputación, que presidió, “congratulándose —y estas fueron sus palabras— de que la moción del último pleno de a Corporación y la actitud de esta misma, hayan valido —en alguna medida— para que se descongele un proyecto de ley del Gobierno sobre la percepción del canon de energía eléctrica”.
Por cierto, en este pleno anunció la llegada hoy a Cáceres del ministro de Industria, señor Bayón, y tuvo una serie de consideraciones hacia el decidido apoyo que UCD —partido al que él pertenece— prestó para que los perceptores y administradores de ese canon sean precisamente las provincias afectadas y no las comunidades autónomas.
Nosotros no sabemos a qué viene el ministro, pero suponemos que es a comprobar sobre el terreno el estado de opinión de todos los cacereños sobre la percepción de ese canon que, de algún modo, enjugue los peligros —remotos o no— de tener en su suelo las centrales nucleares o las hidráulicas, o las de cualquier otro tipo, porque también se revientan las presas, también el agua de ella ha hipotecado unos terrenos provinciales que podrían haberse dedicado a obtención de otro tipo de riquezas y, en general, venimos sufriendo los “ruidos” e incomodidades que estos ingenios proporcionan, cuando los beneficios son para unas empresas privadas, que cobran su buen dinero por llevar esa energía que producen —en cierto modo gracias a nuestra provincia que les dio cabida— a otras que se aprovechan de las mismas.
Oiga, si hay alguien que se come el plátano y aquí nos deja la cáscara, en la que podemos resbalar, que nos indemnice de los daños que esto pueda comportarnos y del mismo fruto que se produce en nuestras plataneras… Y de no ser así que cada cual plante “sus propias plataneras” y apechugue con los inconvenientes del cultivo y los resbalones… Yo no sé si esto se le puede decir a un ministro así de claro, como lo dice el pueblo, pero que quede constancia de que en este caso estamos todos los cacereños de acuerdo con nuestra Diputación como abanderada de esta causa… Pregunte, señor ministro, pregunte, y ya verá cómo le dicen estas cosas y aún otras más gordas… Y de todos modos: ¡que tenga usted un buen día, señor ministro!
Diario HOY, 25 de octubre de 1980

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