Eufórico estaba ayer don Jaime Velázquez, porque el proyecto de canon
sobre energía eléctrica marcha por buen camino. Así lo hizo saber en el pleno
de la Diputación, que presidió, “congratulándose —y estas fueron sus palabras—
de que la moción del último pleno de a Corporación y la actitud de esta misma,
hayan valido —en alguna medida— para que se descongele un proyecto de ley del Gobierno
sobre la percepción del canon de energía eléctrica”.
Por cierto, en este pleno anunció la llegada hoy a Cáceres del
ministro de Industria, señor Bayón, y tuvo una serie de consideraciones hacia
el decidido apoyo que UCD —partido al que él pertenece— prestó para que los
perceptores y administradores de ese canon sean precisamente las provincias
afectadas y no las comunidades autónomas.
Nosotros no sabemos a qué viene el ministro, pero suponemos que es a
comprobar sobre el terreno el estado de opinión de todos los cacereños sobre la
percepción de ese canon que, de algún modo, enjugue los peligros —remotos o no—
de tener en su suelo las centrales nucleares o las hidráulicas, o las de
cualquier otro tipo, porque también se revientan las presas, también el agua de
ella ha hipotecado unos terrenos provinciales que podrían haberse dedicado a
obtención de otro tipo de riquezas y, en general, venimos sufriendo los
“ruidos” e incomodidades que estos ingenios proporcionan, cuando los beneficios
son para unas empresas privadas, que cobran su buen dinero por llevar esa
energía que producen —en cierto modo gracias a nuestra provincia que les dio
cabida— a otras que se aprovechan de las mismas.
Oiga, si hay alguien que se come el plátano y aquí nos deja la
cáscara, en la que podemos resbalar, que nos indemnice de los daños que esto
pueda comportarnos y del mismo fruto que se produce en nuestras plataneras… Y
de no ser así que cada cual plante “sus propias plataneras” y apechugue con los
inconvenientes del cultivo y los resbalones… Yo no sé si esto se le puede decir
a un ministro así de claro, como lo dice el pueblo, pero que quede constancia
de que en este caso estamos todos los cacereños de acuerdo con nuestra Diputación
como abanderada de esta causa… Pregunte, señor ministro, pregunte, y ya verá
cómo le dicen estas cosas y aún otras más gordas… Y de todos modos: ¡que tenga
usted un buen día, señor ministro!
Diario HOY, 25 de octubre de 1980
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