martes, 13 de junio de 2017

“Daros por abrazados”


Me extraño yo de lo mal informados que están, de los bolsillos ajenos, los organizadores de homenajes. Digo esto porque, coincidiendo con la cuesta de enero —que no sabemos si económicamente llegaremos a coronar— se han organizado cuatro o cinco homenajes a diversas personalidades a los que, de algún modo, muchos estamos obligados a asistir, y esto escasamente en el transcurso de dos semanas y sin que el mes haya concluido para que podemos reponer fondos. Desde luego, esta falta de coordinación o de vista expone al fracaso de asistencia de público a algunos de ellos, porque se entiende que los homenajes han de ser abiertos a cualquier ciudadano de a pie y no sólo para políticos que cobran sus buenos sueldos, y los ciudadanos de a pie, a cuenta de las pasadas fiestas estamos sin un duro. Dice un viejo refrán castellano que me acabo de inventar ahora que “En enero, un homenaje si acaso pues si no será un fracaso”, y estos organizadores nos proporcionan nada menos que tres o cuatro casi seguidos y, como quien dice, “de obligada asistencia”. Una cosa son los buenos deseos y otra cosa el bolsillo cuando es uno el que tiene que costeárselos. Pero echemos cuentas: Vamos a poner un menú muy popular y barato, por ejemplo, unos huevos con chorizo. Si a lo que el menú cuesta sumamos el cubierto del homenajeado y el de algún familiar que le acompañe, importe que habrá que cargar a los demás menús, más el de los organizadores, que por aquello de haberlo hecho todo tampoco pagan, los sueldos de los camareros, el vino a consumir, etc., etc., nos habremos puestos en las 2.000 pesetas por comensal. Si a ello sumamos el que algunos han de venir de fuera y costearse el viaje de ida y el de vuelta, no podemos contar con menos de las 5.000 pesetas. Si esto lo multiplicamos por cuatro o cinco homenajes, tendremos que nos da alrededor del “salario mínimo interprofesional” que en un mes como enero no nos podemos gastar en demostrar cariño a un amigo.
Hablando de esto, uno de mis contertulios tuvo una idea genial: “¿Y por qué no hacer un homenaje de tipo inglés?, o sea, subir al homenajeado en un pódium, ponernos todos alrededor y decir: ¡Tres hurras por don fulano!”
Yo, para agregar unas “gotas de sabor español”, consentiría unos discursos de dedicación, la respuesta del homenajeado y hasta al final pasar todos a darle la mano, como suele hacerse en los duelos, aunque con más alegría.
Otro sugería: “Con un telegrama se cumple”, pero alguien terció: “Con lo caro que se ha puesto el telégrafo, y si tienes que poner cinco telegramas, prácticamente te has pagado la cena.”
En fin, que a los organizadores, por su poca visión popular y económica de las circunstancias, les tenemos que poner un cero.
Puestas así las cosas, yo por mi cuenta pienso decir, aunque sea por carta: “Estoy muy conforme con vuestros homenajes. Daros por abrazados, pero enero no da para más, perdonarme la ausencia.” Y punto.
Diario HOY, 16 de enero de 1981

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