jueves, 1 de junio de 2017

Desterrar los miedos y el aburrimiento

El Domund de este año, según la Comisión Episcopal de Misiones, quiere ser “una respuesta a las desesperanzas, temores, tristezas, aburrimientos y desencantos que afligen en gran medida al hombre de hoy”. Nunca mejor elegido el objetivo, porque el hombre, creemos que los hombres de todos los tiempos, se han movido por miedos, por miedos, y el hombre de hoy, que ha superado muchos miedos, no va a ser una excepción en esa constante de temor en la que la Humanidad se ha movido.
Para los creyentes, la liberación y aún la alegría está en el Evangelio; para los que no creen que muchos de los miedos del hombre de hoy son por esa falta de fe en algo y hacen montañas de simples granos de arenas o de simples sombras, en buscar una razón, un poco de luz (que para nosotros es la del Evangelio, claro).
Pero sin entrar en un campo filosófico que no sería oportuno tratar en una sección ligera como esta, sí queremos contar algo de lo que nos contaba un misionero que vive entre una comunidad primitiva del Alto Volta, el padre Cesáreo Hoyuela, que conoce las tradiciones de aquella humanidad primitiva con la que ha convivido más de 12 años, luchando precisamente contra los miedos ancestrales de aquellos hombres primitivos que el hombre actual tampoco ha sido capaz de superar del todo.
En aquella comunidad, cuando hay un parto y el niño nace de nalgas, se le deja morir simplemente. ¿Razón?, una muy simple; si el pequeño se hace mayor y en alguna ocasión va con sus padres y en ese andar por las veredas de la selva, se les cruza delante, los padres morirán automáticamente. Para un hombre de nuestra civilización actual, la razón es tonta y hay muchas demostraciones de que lo que afirman los brujos o la tradición de los “altovoltianos” es una simple mentira. Pero la tradición sigue, y contra ella tienen que luchar estos misioneros. Igual pasa cuando una gran serpiente se cruza en el camino de alguno de estos nativos. Al ser ella un presagio de muerte, el que tuvo tan mala suerte tiene sólo que dejarse morir…, para no ofender a las deidades en las que creen.
Haciendo un esfuerzo y poniéndonos en la actualidad: ¿no estamos nosotros también haciendo fetichismos y creando miedos en cosas que hoy son moneda corriente?. Meditemos un poco en todo esto, que tampoco está de más tomar alguna vez las cosas en serio.
Diario HOY, 17 de octubre de 1980

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