sábado, 3 de junio de 2017

El cinturón y la nicotina


Estoy yo preocupado por saber cuándo hay que ponerse y quitarse el cinturón y hasta si hay que ponérselo muy prieto o no. Me estoy refiriendo al de tráfico y no al otro de que tanto se habla y del que ya se encarga Hacienda que todos lo llevemos bien prieto, hasta el punto, que los castizos le llaman “Ministerio de la Mano que Aprieta”, y hasta hay quien dice que para redondear la reforma fiscal —de la que también se habla lo suyo— hay un proyecto por el que cada español entregará todo lo que gana a dicho organismo, que a cambio nos dará unos vales para nuestros gastos particulares.
Esto también nos lo ha contado nuestro buen amigo Juan Tapia, del que ya les he hablado, que agrega que los únicos exentos serán los políticos, por lo que va a haber bofetadas para llegar a serlo, aunque sea a nivel local Pero en fin, Juan Tapia es un embustero… aunque “de menos los hizo Dios”. Pero volvamos a nuestro cinturón, el de tráfico, ya que también multan por éste si uno no lo lleva puesto… “Pero, oiga, nos preguntamos los cacereños, ¿desde dónde hay que ponérselo y cuándo, al entrar en la ciudad, puede uno quitárselo?” Porque se da el caso que en nuestra población no hay esos carteles a las salidas de las carreteras en los que, más o menos, te indican desde cuándo estás faltando a la norma, caso de no ponerte el cinturón de marras y cuándo te estás excediendo al llegar, caso de no quitártelo.
Tantas veces hemos pedido en los medios de Información que se pongan los carteles, para evitar confusionismo, que comenzamos a sospechar que con esos ha sucedido como con los carteles de turismo, que llegaron a Cáceres hace más de seis meses y están en un almacén sin que nadie se ocupe de instalarlos.
Ya verán ustedes como si se investiga el asunto, algún encargado de almacén sale diciendo: “Oiga, que los carteles están aquí”, y a lo mejor nos los han mandado de esos que usan los aviones que agregan además; “Apaguen los cigarrillos”, asunto que no estaría de más, si es que el tabaco sube porque tengo entendido que el “Ministro de la Mano que Aprieta” va a “clavar” otro impuesto al que fume, por aquello de los signos externos de riqueza.
Yo ni afirmo ni niego, pero el rumor está en la calle y ya sabes: “cuando el río suena…”
Diario HOY, 6 de noviembre de 1980

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