martes, 13 de junio de 2017

El Jabonolof Ariete


No se si existe relación directa entre ciertos extremismos y la mugre. Hay quien dice que uno de esos eternos protestones bien lavado, afeitado y vestido con ropa limpia cambia rápidamente sus ideas por otras más centradas (no queremos decir de UCD, sino menos extremas). Y no hablo sólo de los ácratas, que como saben no admiten ninguna clase de autoridad, sino también otros que no llegan a tales extremos pero los rondan a ambos lados de lo que podrías llamar “regla de las ideas”. En estos casos, al parecer, el “habito hace al monje” y si uno no se deja la barba, no se abandona en el aseo personal, no viste ropas desgalichadas, etc., etc., no es buen extremista. Al parecer se han hecho pruebas y hay alguna relación entre el aseo y las ideas, y se da el caso de que, como en la hidrofobia, los hay que rechazan el agua, lo cual no deja de ser un inconveniente, porque en algunas concentraciones es insoportable el olor a sobaquina. Vamos, como dice Forges, que “les canta el alerón”, pero les canta por lo grande y por lo “jondo”.
Hablando de esto con nuestro buen amigo Juan Tapia, que como alguna vez hemos dicho es hombre de gran fantasía, nos presentó un producto que al parecer han inventado en Rusia que se llama algo así como “Jabonolof Ariete”, cuyo prospecto dice —según nos traduce mi amigo, que sabe algo de ruso— que “no destiñe las ideas”. Como el prospecto viene en caracteres cirílicos no podemos garantizar más que lo que Juan Tapia traduce, pues dice que conoce el ruso a la perfección, ya que él estuvo, según creo, en la División Azul. Al parecer, allí se han hecho pruebas con el producto que es una especie de jabón; se ha lavado, afeitado y hecho la colada con la ropa de más de mil extremistas que abandonaron el aseo personal y las ideas no “destiñeron”, siguiendo éstos —aún a pesar de haberlos puesto hasta corbata— tan extremistas como antes. Al parecer aquí en España —y siempre según la versión de Tapia— se han hecho algunas pruebas con el PSUC de Cataluña que han dado resultado óptimo, sin entrañar el producto peligro ni rechazo de clase alguna.
Yo, al conocer todo esto, no he podido menos que exclamar: “¡Lo que es la ciencia!” Conste que no garantizo nada, por la fuente de donde me llega, pero el invento podría dar resultados positivos. Como me lo contaron, se lo cuento.
Diario HOY, 17 de enero de 1981

NOTA.- Se ofrece aquí el texto original tal como lo escribió Fernando, incluyendo alguna frase que, en la versión publicada, había sido censurada.

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