(Incluida en el libro “Ventanas
a la Ciudad”)
Ahora que Carlos Callejo, cronista de la ciudad e investigador
fidedigno de su historia, acaba de publicar un libro sobre los orígenes de
Cáceres, vuelve a estar sobre el tapete de los que se preocupan de estas cosas,
que mucha parte de esos orígenes están enterrados en la dehesa de “Cáceres el
Viejo”, donde el alemán Schulten, entre los años 1920 al 30, hizo excavaciones
sacando a la luz un campamento romano que él identificó como la Castra Cecilia,
que dio nombre a nuestra ciudad. Aquellas excavaciones no fueron completas
porque faltó dinero y el permiso para seguir excavando, ya que, según el
alemán, la parte más importante de dicho campamento debía estar bajo lo que hoy
es la casa de la finca y, como es lógico, no se le dejó hurgar bajo ella, ni en
el entorno, además que —como decimos— se terminó el dinero y hubo que volver a
enterrar los murallones del campamento, aunque se sacaran las principales
piezas, muchas de ellas llevadas a Alemania, y una minoría depositada en el
Museo de las Veletas, de Cáceres, donde continúan.
Las circunstancias ahora han variado, ya que nuestro Ayuntamiento
—según creemos— compró la referida dehesa de “Cáceres el Viejo”, y siendo ésta
de propiedad municipal, pensamos que es el propio Ayuntamiento el más interesado
en investigar los orígenes de la ciudad que rige. Decimos esto porque es
costumbre el que el Ayuntamiento vaya desglosando parte de sus propiedades que
suele ceder —al menos esto ha hecho con otras fincas— para diversas
instalaciones, con lo que se corre el peligro de que aquello vaya pasando de
manos sin haber intentado una investigación a fondo.
Ahora tenemos en Cáceres especialistas en arqueología de la propia
Universidad, o de instituciones culturales, que están haciendo excavaciones en
otros diversos lugares. ¿No podría orientarse esa investigación hacia “Cáceres
el Viejo”? ya que se dan todas esas circunstancias positivas y tratar de
continuar lo que por los años veinte iniciara un alemán, que prácticamente fue
lo único hecho sobre el terreno, en cuanto a los orígenes de Cáceres. La
insinuación queda hecha y aunque algunos piensen que todo ello es una tontería,
para la mayoría de los cacereños no lo es en absoluto.
Diario HOY, 21 de enero de 1981
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