Desde aquellos piconeros o vendedores de Sandías “colorás”, que venían
a Cáceres con un burrillo, desde Malpartida, andando —porque al burro no se le
podía cargar más—, a los actuales vendedores del mercado franco, que vienen con
sus furgonetas motorizadas con calefacción, radio y hasta litera para dormir,
hay un verdadero abismo de progreso, una indudable evolución positiva que no
podemos por menos de aplaudir En lo que hemos evolucionado poco es en la forma
de alimentación de unos y otros, que también debió variar. Qué duda cabe que
aquellos carboneros y sandieros andarines necesitaban comerse un cocido, con su
buen condumio, o al menos bien cargado de tocino, porque en la ida y venida
quemaban la grasa que toda esa comida les producía; pero lo absurdo es que el
vendedor —y el hombre actual en general— siga comiendo lo mismo porque al no
andar, esa grasa acabará poniéndoles kilos encima, y atentando contra su salud.
Esto mismo podríamos decir del hombre de la ciudad en general, que con
el automóvil, los transportes urbanos, etc., etc., ha cambiado su vida andarina
por la sedentaria, y como las comidas clásicas están tan ricas (y si no que se
lo pregunten a mi buen amigo Paramio) no ha sido capaz de cambiar su dieta.
Tengo yo unos matrimonios amigos que cada sábado o domingo se regalaban con una
buena comida de restaurante y, como engordan, hacen cada noche la promesa de
ponerse a régimen el próximo lunes…, aunque no se sabe qué lunes del año va a
ser.
Todo esto, y el conocimiento del hombre actual de que tiene que hacer
más ejercicio, han puesto de moda el “footing”, que es correrse diariamente
unos kilómetros para poder estar en forma y perder kilos. En nuestra ciudad ya
hay mucha gente que lo hace y con muy buen acuerdo el concejal delegado de
jardines, nuestro buen amigo Esteban Moretón, ha dotado al Parque del Príncipe
de unas pistas de “footing” que están a punto de ser inauguradas y que llevarán
hasta indicaciones de los kilómetros recorridos en cada vuelta.
Ayer mismo, el amigo Esteban nos dijo: “Quiero darle cierta solemnidad
a la inauguración y ya se lo he dicho al alcalde”, invitándome al acto que
piensa hacerse. Creo yo que la solemnidad radicará en que tanto el alcalde como
los concejales que asistan se vestirán el “chándal” y recorrerán unos kilómetros
a paso gimnástico. El alcalde, que es hombre joven, puede que lo haga, y aun el
mismo concejal de Jardines, por aquello de la vergüenza torera de ser él el
“inventor”, también…, pero dudo yo de otros miembros del pleno, como el buen
amigo Jacinto Lucas y algunos más. En fin, como el cargo obliga, ya veremos que
pasa… Yo, por si me invita, ya tengo hasta preparado el “chándal” que me ha
prestado mi buen amigo y compañero Tomás Pérez que hasta creo tiene música
pulsando no sé qué letra del “jersey”, que pone “Los Leones de Ceuta”.
Diario HOY, 22 de enero de 1981
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