jueves, 15 de junio de 2017

La eficacia, el sillón y “las perras”


Yo no sé si Jaime Velázquez lo dijo “off the record” o para que todo el mundo se enterara, porque nuestro presidente de la  Diputación es hombre de fácil palabra y en la última “rueda” que con él tuvimos, tras de hablarnos de un tema pasaba a otros y en unos pedía no se contara lo dicho y en otros no. Yo por eso pienso que en este que voy a abordar no pidió tal silencio. Se trataba simplemente que, justificando el porqué los presidentes accidentales de los plenos, o los propios diputados, no están tan al día como el propio presidente efectivo de la Diputación, dijo más o menos que ello era debido a los tan debatidos “sueldos”, para agregar que eso hay que decírselo al pueblo —razón por lo que nosotros lo contamos— aunque no estemos en acuerdo total con el presidente. Su teoría es que los asuntos de las diputaciones han tomado tal envergadura que los encargados de ellos tienen que tener dedicación exclusiva, y por tanto cobrar lo suficiente para no dedicarse a otra cosa. Vino a decir que de no tener un sueldo de 100.000 pesetas para poder dedicar atención a los temas, y tenerlo sólo de 30.000 (como los diputados) es donde radica la diferencia. Razón por la que con un “sueldo” de ese tipo el diputado no puede estar tan al día como el presidente que se ha convertido en algo así como en un “especialista” que cobra sus servicios, dejando a un lado lo que se hacía antes que era trabajar “por amor al arte”.
De ser verdad lo dicho, nos hacemos el razonamiento de: ¿Y si todo es en función del dinero que se cobra, qué hacían las corporaciones anteriores que no cobraban un duro? Según esa regla de don Jaime, poco o nada deberían hacer, y hasta lo que hicieran —si es que se demuestra que hicieron algo— es bastante más de agradecer porque lo hicieron por ese “amor al arte” o “al sillón”, si ustedes quieren que entonces era menos apetecible que lo es ahora porque ya se sabía que, al menos en teoría, lo hacían por el bien de la comunidad y sin embolsarse una sola peseta… No sé yo si don Jaime tendrá razón, porque el sistema actual también puede tener el fallo de un desmedido afán a lo que se cobra, sin dar mucho golpe…, que de todo hay en la viña del Señor.
Diario HOY, 29 de enero de 1981

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