lunes, 5 de junio de 2017

La solución mañana…


Resulta que el tema de conversación a nivel popular es la dimisión de Pedro Cañada y la posible formación de un nuevo partido a nivel regionalista, pero suele apuntarse una “pega” a la hora de hablar de la creación del nuevo partido…
“Yo estoy con Pedro —nos decía una de las muchas personas interesadas en el tema—, pero tengo el temor de que a Pedro puedan manejarlo.”
Porque la verdad del asunto es que nadie duda de las buenas intenciones del paisano, pero preocupa que esta buena intención sirva a alguien, o a algunos, para montar su prebenda mientras Cañada da la cara.
Él, Pedro Cañada, es un Quijote, a su modo. Pero hay algo que debemos decir, y es que cada Quijote necesita de un Sancho. Del hombre que tenga los pies en el suelo y cuando se entable una lucha con molinos, ponemos por caso, lo advierta y vea qué tajada regional —y no personal— se puede sacar de ella.
La verdad es que nosotros le hemos hecho esta pregunta al propio Pedro: “¿Quién va a ser tu Sancho?”… Él no supo contestarnos y lo más que ha reconocido es que, en efecto, necesita de ese equilibrio.
“No sé quien podría ser el Sancho de lo que me propongo —nos dijo—, pero tienes razón, hay que buscarlo.”
Ello puede darnos idea de otro dicho que se ha hecho popular en estos días y que más o menos dice: “No puede dudarse de la pureza de Cañada, pero lo cierto es que está manejado.”
“Oiga, ¿y por qué no ha podido manejarlo la propia UCD?”, se preguntarán algunos. Al parecer, con la serie de follones internos que ese partido tiene, Pedro Cañada era algo así como un puro trucado —de esos que estallan—, que no se sabía cuándo iba a dar la explosión, y que en muchos casos era mejor prescindir de fumar a tener el alma en vilo esperando la explosión en cada momento.
En definitiva, que Pedro Cañada, nuestro “Garbancito de la Mancha”, está a la busca de un Sancho. De que lo encuentre o no puede depender la utilidad de su gesto, de cuya honradez muy pocos dudan, aunque algunos piensen que detrás de su actitud hay una carga de protagonismo.
El hecho suscitado y que está sobre el tapete es si sirven o no a los afanes regionales los grandes partidos. Quiérase o no es la duda que acaba de suscitarse, y de la que sólo cabe decir como en las antiguas hojas del calendario: “La solución mañana”.
Diario HOY, 19 de noviembre de 1980

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