Igual que el apellido sajón Luchensky se españolizó en el de Lucenqui
(hubo en Cáceres un profesor y pintor de este nombre), estas castellanizaciones
las han sufrido otros muchos apellidos extranjeros, como por ejemplo “Caxuxa”,
que aquí se convirtió en Cachucha. Ahora, por ejemplo, se afirma que el
apellido Reagan —que lleva el actual presidente de los Estados Unidos— se castellanizó en Rega,
apellido que llevaron algunos cacereños. No soy genealogista y no sé si los
Rega cacereños —de ser verdad lo dicho— tienen algún tronco común con el Reagan
estadounidense, pero lo que sí puedo contarles es cierta historia de los Rega
cacereños, que puede entrañar alguna curiosidad.
El primer Rega cacereño, con apellido transformado o no, llegó a
nuestra ciudad en 1795. Se llamaba don Andrés Rega, era abogado y se hizo
comerciante ganando bastante fortuna. Su casa y establecimiento lo tuvo en el
número 7 de la calle Barrionuevo (hoy José Antonio) y aunque fue bastante
faldero no tuvo descendencia conocida, más que la de una sobrina que le heredó
a principios de siglo, llamada doña Mónica Rega que, al decir de don Publio
Hurtado, fue muy simple y pacata, y acabó con extravío mental. Tan es así que a
la tal doña Mónica se le metió en la cabeza ser bruja y comenzó a tomar
lecciones de la última bruja conocida que hubo en Cáceres: María “La Aragonesa”,
esposa de un revendedor de frutas conocido por “El Lagaña”. La aprendiza de
bruja se empeñó en volar en la escoba, y ante ello su “maestra” —que le sacaba
buenos cuartos— una noche la ungió el cuerpo con grasas especiales y le dijo
que cuando dieran las doce podría salir volando. Sola ya la discípula, nada más
oír la primera campanada se lanzó por una ventana diciendo:
—“¡A Estremoz!”, que al parecer era el lugar donde hacían el aquelarre
las brujas extremeñas.
Pero el “invento” no resultó y la aprendiza se dio un tremendo
costalazo, rompiéndose una pierna y quedando curada de momento de su afán de
brujería, aparte de ser la comidilla de todo el
Cáceres de aquel entonces…
¿Tenían estos Rega algún parentesco con los Reagan anglosajones? No
puedo afirmarlo, pero ello ha servido de
motivo para contarles una historia cacereña que muchos lectores no conocerían.
Diario HOY, 24 de enero de 1981
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