Yo confieso que estoy con la mosca en la oreja y que no se me arrima
la camisa al cuerpo desde que vengo oyendo estas noticias tan insólitas, como
la que nos llega del vecino país, Portugal, sobre un “diminuto y extraño ser
que cayó en las inmediaciones de Évora, al parecer desde la estrellas”; agrega
la noticia que “fue encontrado entre los filamentos blancos y brillantes que
llovieron sobre esa zona, después de ser sobrevolada por una flotilla de
OVNIS”, que lo recogió un piloto de las Fuerzas Aéreas Portuguesas, lo metió en
una botella y lo dio a las autoridades científicas, aunque después se
descompuso o evaporó sin que se sepa a ciencia cierta qué era aquello, que
podía hasta ser el Genio de Aladino.
De momento se me han ocurrido varias cosas; la primera, que como
estamos tirando hacia las estrellas, apolos, naves espaciales, estaciones
pilotos rusas o norteamericanas, no nos debe extrañar que desde allí nos
“apedreen” con otras cosas —aunque sólo sea en defensa propia—; lo malo es que
los enfademos y el apedreamiento se generalice.
Por otra parte, y esto es lo que más me preocupa, es que estos días de
atrás en la “Tele”, un ufólogo muy serio manifestaba que él y la CIA sabían de
ciencia cierta que hay por aquí mucho extraterrestre “alienígena” que tratamos
todos los días y que están a lo suyo (que no sabemos qué es), pero que como son
personas normales de las que conocemos y tratamos continuamente no nos damos
cuenta de ello. Vamos, que puede ser el tendero de la esquina, o el chico de
los recados que cualquier día pegan un vuelo y se largan a contar cosas a sus
mundos de origen, quedándonos con tres cuartas de narices.
Desde que oí esto, y lo confieso con pesar, desconfío de todo el mundo,
y como parece ser que sólo se los identifica a través de los rayos X, porque en
la pantalla en vez de verse “los menudillos” que todos llevamos, ellos llevan
cables y transistores… y yo no tengo rayos X, ni ahora se exige unida a la foto
de carnet la radiografía, las dudas me siguen asaltando y sin querer ofender a
nadie, y sólo a título de ejemplo, me hago las siguientes consideraciones:
“Mira que si el concejal Cupido, o Machuca, o el propio Pedro Cañada —por no ir
mas lejos—, o mi propio compañero Marciano —que ya tiene un nombre sospechoso—
son “alienígenas”… En fin, que uno no acaba de estar tranquilo con estas
noticias. Yo, de momento, le he pedido a un médico amigo que me haga una
radiografía de carnet, por si alguien tiene sobre mi las mismas dudas que a mi
me asaltan.
Diario HOY, 3 de diciembre de 1980
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