miércoles, 14 de junio de 2017

Vamos a decantar ideas


Decía el párroco de Sierra de Fuentes el domingo en su homilía que le asombraban las declaraciones de un ministro —creo que de Defensa— de Estados Unidos, que dijo algo así como que la paz no era lo más importante o, al menos, tan importante como otras cosas. El bueno del cura tomaba pie de ello y con palabra sencilla y entendible para todos vino a decir que a nivel nacional y a nivel local no acabamos de entender la convivencia en democracia y estamos más por anular al que no piensa como nosotros que por escucharle y respetarle, como él mismo debe respetar nuestras ideas, porque lo importante era la convivencia y la paz entre todos para construir entre todos las cosas que tenemos entre manos como puede ser el bien general de un pueblo, el trabajar y el convivir en paz tratando de resolver los problemas del vecino, aunque su forma de pensar sea totalmente distinta de la nuestra. No quiso entrar, y de hecho no entró, el cura en aspectos políticos, sino más bien su llamada fue al respeto mutuo entre todos, sin que aflorara aquello de “me opongo a lo de fulano, y voy a cargármelo, porque no piensa como yo”.
Creo que el curita tocó precisamente algo que a niveles superiores nos viene faltando y es la preparación para la convivencia y el respeto mutuo donde reside, no sólo un talante cristiano —que era al que se refería—, sino un talante democrático que es al que queremos referirnos nosotros.
No hace muchos días, a un senador representante de Cáceres —cuyo nombre no importa de momento— le decíamos que oyéndole hablar se le abría a uno, sola, la navaja en el bolsillo…, porque hay que ver la sarta de acusaciones que hizo a estamentos y personas que no eran de su grupo y que no pensaban como él…; sólo le faltó decir que “había que llevar al paredón a los tales”, y cuando esto sucede —aunque se tome a broma— es cuando uno se pregunta: “Y cómo puede este hombre, que no ve más que sus razones, representarnos democráticamente?” Es, si ustedes quieren, un punto de meditación aplicable a muchos de nuestros políticos de uno y otro lado que hablan de dictaduras, siendo ellos más dictadores que lo que critican.
Diario HOY, 27 de enero de 1981

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