sábado, 24 de junio de 2017

Belloteros y mangurrinos


Los complejos hay que desecharlos enfrentándose a ellos y buscando su origen. entre las cosas que pueden suscitarlos se encuentran los motes por los que a los naturales de una región o comarca se les designa y que, dicho sea de paso, en principio no tuvieron ninguna intención peyorativa, pero que por lo mal que a los de dicha región o comarca les sentaban pueden convertirse en peyorativos. Recuerdo que recién llegado a Cáceres el gobernador civil Trillo Figueroa se extrañaba de que a los naturales de la zona de la vera les llamáramos veratos porque él suponía que era un insulto, por lo que hubo que explicarle que tal designación provenía de que la actual zona de la Vera fue la antigua “Vettonia” o “Veratonia” y a los naturales de ella, al menos desde la dominación romana, se los conocía por “veratos” y hasta era posible que el nombre del caudillo Viriato proviniera de haber nacido en esa zona. Otros pueblos encajan mal esos aspectos tradicionales y hasta los varían, como fue el caso de Arroyo del Puerco, que mudó su nombre por el de Arroyo de la Luz, aunque lo del “puerco” venía porque sobre el arroyo que le dio nombre había un verraco de piedra (normalmente llamado puerco), cosa que no le sonaba bien al vecindario actual, por lo que cambiaron el nombre. Casos parecidos de designaciones son las de fincas como “La corte del cochino” porque siempre hubo una ganadería porcina que ha dado nombre a muchos aspectos geográficos de nuestra región.
Esto aparte, entramos ya en la designación que a los extremeños nos hacen como belloteros o mangurrinos, que a algunos no le sientan bien, pero que tiene parecido origen. Belloteros son los que cogen o venden bellotas,  es una designación del extremeño, aunque más propia de los de la provincia de Badajoz. Lo de mangurrino, de más difícil origen, es designación que —con más o menos intención peyorativa— se da a los naturales de Extremadura, aunque principalmente referido a la provincia de Cáceres El origen de esta palabra parece ser derivada de la jerga de las tropas inglesas que vinieron a la guerra de la Independencia, que hablaban mitad castellano y mitad inglés, y significa: “hombre que comercia o cuida cerdos”, referida a los “paisanos” que en Extremadura se dedicaban a este tipo de ganadería. Como ven no hubo sentido peyorativo en el origen de la designación, aunque después nosotros se lo hayamos dado. Y para terminar: ¿Saben cómo nos llaman los gitanos, en calé, a los extremeños? Pues nos llaman “gorotunés”, que también suena a insulto, aunque no lo sea.
Diario HOY, 4 de abril de 1981

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