Los complejos hay que desecharlos enfrentándose a ellos y buscando su
origen. entre las cosas que pueden suscitarlos se encuentran los motes por los
que a los naturales de una región o comarca se les designa y que, dicho sea de
paso, en principio no tuvieron ninguna intención peyorativa, pero que por lo mal
que a los de dicha región o comarca les sentaban pueden convertirse en
peyorativos. Recuerdo que recién llegado a Cáceres el gobernador civil Trillo
Figueroa se extrañaba de que a los naturales de la zona de la vera les llamáramos
veratos porque él suponía que era un insulto, por lo que hubo que explicarle
que tal designación provenía de que la actual zona de la Vera fue la antigua
“Vettonia” o “Veratonia” y a los naturales de ella, al menos desde la
dominación romana, se los conocía por “veratos” y hasta era posible que el nombre
del caudillo Viriato proviniera de haber nacido en esa zona. Otros pueblos
encajan mal esos aspectos tradicionales y hasta los varían, como fue el caso de
Arroyo del Puerco, que mudó su nombre por el de Arroyo de la Luz, aunque lo del
“puerco” venía porque sobre el arroyo que le dio nombre había un verraco de piedra
(normalmente llamado puerco), cosa que no le sonaba bien al vecindario actual,
por lo que cambiaron el nombre. Casos parecidos de designaciones son las de
fincas como “La corte del cochino” porque siempre hubo una ganadería porcina
que ha dado nombre a muchos aspectos geográficos de nuestra región.
Esto aparte, entramos ya en la designación que a los extremeños nos
hacen como belloteros o mangurrinos, que a algunos no le sientan bien, pero que
tiene parecido origen. Belloteros son los que cogen o venden bellotas, es una designación del extremeño, aunque más
propia de los de la provincia de Badajoz. Lo de mangurrino, de más difícil
origen, es designación que —con más o menos intención peyorativa— se da a los
naturales de Extremadura, aunque principalmente referido a la provincia de
Cáceres El origen de esta palabra parece ser derivada de la jerga de las tropas
inglesas que vinieron a la guerra de la Independencia, que hablaban mitad
castellano y mitad inglés, y significa: “hombre que comercia o cuida cerdos”,
referida a los “paisanos” que en Extremadura se dedicaban a este tipo de
ganadería. Como ven no hubo sentido peyorativo en el origen de la designación,
aunque después nosotros se lo hayamos dado. Y para terminar: ¿Saben cómo nos
llaman los gitanos, en calé, a los extremeños? Pues nos llaman “gorotunés”, que
también suena a insulto, aunque no lo sea.
Diario HOY, 4 de abril de 1981
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.