Según nos han dicho, mañana mismo, lunes, todo el pueblo de Aldea del
Cano va a comenzar a “jugar a la Oca”, dicho sea de forma figurada, o lo que es
lo mismo que la industria de explotación y aprovechamiento de los productos que
proporcionan estos alados animales va a ponerse en marcha, y van a participar
en ella muchos vecinos de la mencionada localidad porque —y hablamos solo de oídas—
dicha instalación va a proporcionar un gran número de puestos de trabajo. El
asunto se lleva gestando mucho tiempo y se dice que hay en él mucho dinero
invertido y muchos cabos anudados, puesto que la puesta en marcha de una
industria de este tipo, en la que parece tenían en cierto modo la exclusiva los
franceses, necesita tener unos canales comerciales a punto para la salida de
todos estos productos y otros muchos aspectos anudados y programados para que
una vez que comience la producción saber dónde colocarla, puesto que —al
parecer— esta especie de “máquina industrial” una vez que arranca no debe tener
parones bruscos que den abajo con ella y con las ilusiones de una zona
deprimida —que es quizás lo que más nos interesa— en encontrar puestos de
trabajo.
El principal producto que va a explotarse es lo que en francés se
llama “paté” o en inglés “foie-grase”, porque no tiene aún ningún nombre
español que lo defina, a no ser el que le dio uno de nuestros campesinos al que
en una ocasión le ofrecimos una rebanada de pan untada de ese producto, que al
probarla nos dijo:
—“¿Pues sabe usted que está buena esta “pomá”?
Pues bien, de esta “pomada” hecha con el hígado de las ocas se trata.
Pero volvamos al caso: va a comenzar lo que nosotros estimamos puede ser una
industria muy interesante a base de la oca y, como en el juego de la oca, deseamos
un buen caminar a los promotores: ¡Ojo con el “laberinto”, con el “pozo”, con
la “cárcel”, con el “puente” y con otras penalizaciones del juego! Nuestro
deseo es que una vez comenzada la partida sólo salga aquello que hace exclamar:
“De oca a oca y tiro porque me toca”, que salga “el seis” las más de las veces,
y que pocas haya que decir: “del laberinto al treinta”… Y sobre todo que sean
muchos los “jugadores”, o sea —para entendernos— que proporcione muchos puestos
de trabajo. Preparados, que ya se está moviendo el cubilete.
Diario HOY, 15 de marzo de 1981
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