A uno le dan cada disgusto que es lógico que no queramos ver la prensa
ni la “tele”, por aquello de que nuestro hígado sufre con las muchas noticias
negativas que, porque se producen, tenemos que recoger en los medios de
información y, como la tendencia normal es la de hacer el avestruz —que dicen
mete la cabeza en la arena para no enterarse de nada— luchamos con ese instinto
para que el hígado no se nos altere, por aquello de la bilis, etc…
Pero hay medios caritativos que tratan de dorarnos la píldora y, por
aquello que el que no se conforma es porque no quiere, nos dicen cosas
halagadoras y peregrinas que suelen tener su gracia. Y conste que no soy yo de
los que ven negruras por todos lados, pero me ha hecho gracia el comentario de
la “tele” que oí en su nueva sección “Al cierre” en la que nos hablaron de que
el dólar se nos ha puesto más caro, por no decir que la peseta ha bajado frente
a él, y entre las desventajas nos señalaron el que los que viajen a los Estados
Unidos “tendrían un pelín” más caro el viaje, aunque en seguida y como
contraposición, nos dijeron que ello tendría la ventaja de que al ser más
barato para los norteamericanos el venir a España, por costarles menos todo, en
compensación vendría más turismo del área del dólar. Conste que yo no pienso
viajar a los Estados Unidos, ni tampoco soy comprador de dólares como para
preocuparme grandemente por la noticia, como creo que ocurrirá a una gran
mayoría de mis convecinos, aunque los hay que se preocupan por todo.
Ayer, un cacereño que comentaba eta noticia, decía: “¿Que ha bajado la
peseta?... ¡Hombre, a ver si baja lo suficiente como para que yo alcance
alguna, porque estoy sin blanca!”. También hay almas caritativas que andan
diciendo que bajará hasta la gasolina. Pero eso es menos creíble que el que el
canon de compensación del abastecimiento de aguas de Cáceres va a quitársenos.
Ya salieron los técnicos del abastecimiento echándonos un jarro de agua fría
(que es lo suyo, porque de agua se trata) diciendo que tendremos “canon” para
nosotros, para nuestros hijos y para los hijos de nuestros hijos, a lo que
habrá que contestar “amén” porque hasta parece una frase bíblica. Aclaro que
nos estamos refiriendo al “canon” del agua, no al de don Jaime que ese, quizás,
por compensación, sí que andan a quitárnoslo o retrasárnoslo cuanto puedan. Es
más, me da a mi hasta miedo tratar de uno y otro porque, como estamos en un
país de sordos, a lo mejor —interesadamente— toman el rábano por las hojas y
nos quitan el de don Jaime basándose en que han entendido mal la petición.
Diario HOY, 7 de mayo de 1981
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