El Congreso y la estética

No vamos a ser como un socialista al que conocemos que no hace más que quejarse de lo feo que es el gobernador civil de su provincia. No, porque uno no es tan guapo ni apolíneo como para echar en cara fealdades a otros. Pero tenemos que reconocer sin que se nos ofenda nadie —porque en política, según dicen, también cuenta la estética— que del Congreso de UCD, de Palma de Mallorca, no es guapura precisamente lo que ha salido. Yo no soy político y no voy a entrar en otros entresijos del Congreso que habrá tenido sus muchos aspectos positivos de los que me alegro, me voy a quedar sólo en la superficie sin profundizar en bondades que son de esperar; pero en cuanto a estética, con la elección del nuevo presidente del partido, han retrocedido como dos siglos… porque aunque tenga otras muchas cualidades que no discutimos y, aunque echemos por delante eso de: “el hombre y el oso…”, ¡hay que ver lo feísimo que es de cara el señor Rodríguez Sahagún!, dicho sea con todos los respetos y sin ánimo de ofenderle Yo no sé si es que quería buscarse el reverso de la medalla de Suárez,  que al fin y al cabo es guapito, pero de ser así lo han encontrado.

No quiero hacer cábalas sobre la belleza de don Leopoldo, porque el comentario, que trata sólo de ser superficial, no se diga que roza el pitorreo, pero hay que decir que si a ese congreso hubiera ido el famoso Picio, también le dan algún cargo.

Para el que no lo sepa le diremos que el tal Picio existió en realidad, y para los curiosos diremos que era un soldado italiano que servía en los Tercios del Gran Capitán, con nuestro paisano García de Paredes, y aunque tenía unas cualidades de valentía que le distinguían, lo que más le distinguió fue la fealdad de su rostro que quedó en el dicho de: “Eres más feo que Picio”.

En fin, volviendo a lo nuestro, no es que con el comentario quiera hacer propaganda de ninguna crema de “belleza en siete días”… Pero oiga, es que en el congreso de Palma, se han pasado, tío.

Diario HOY, 12 de febrero de 1981