Ahora que todo el mundo habla de Cervantes, con motivo de uno de los
aniversarios de su muerte, razón por la que se festeja la Fiesta del Libro,
bueno sería que también echemos nuestro “cuarto a espadas”. Conste que no es
para criticar el serial televisivo sobre su vida del que se ha pedido hasta el
secuestro. No se trata de eso, sino más bien de recordar algunas relaciones que
el “Príncipe de los ingenios” tuvo con nuestra ciudad y provincia que, pienso
yo, son poco conocidas y dignas de ser recordadas en esta celebración.
En nuestra ciudad existió un investigador histórico al que se le ha
hecho poca o ninguna justicia, aunque tenía suficientes méritos para todo lo contario,
que se llamó don Tomás Martín Gil y que, por el poco contacto que yo tuve con
él, llegué a saber estaba en cierto modo obsesionado con la ligazón que podía
tener Cervantes con Cáceres y llegó a reunir bastante material que venía a
demostrarlo. La lástima es que para un investigador histórico de la seriedad de
don Tomás, este material necesitaba más profundas comprobaciones para poderlo
hacer público, con lo que siempre retrasaba el publicarlo y, como a los hombres
nos llega a faltar el tiempo, a él le sorprende la muerte antes de tener
concluido y publicado este trabajo, por lo que su labor quedó como la Sinfonía
de Schubert, inacabada.
No obstante, recordando algunas cosas que le oí podemos poner algo en
pie de sus teorías y aportar otros datos que al menos pueden ser curiosos para
el amante de estas cosas.
Al parecer, en el pueblo de Casar de Cáceres, del que procedía don
Tomás, existía una partida de bautismo de una hija de Cervantes, o algún
documento similar que hacía referencia al nacimiento de una hija del autor del
Quijote.
Hay desde luego una cosa cierta y es que muchos de lo nombres y
situaciones de sus novelas (aunque adornados con la lógica fantasía) hacen
referencia a lugares geográficos de la provincia. Así la “Ciudad de Sansueña”,
cuyas ruinas existen aún entre Arroyo de la Luz y Aliseda; “La Puente Mantible”,
sobre el Tajo, que puede aún contemplarse, trasladada de sitio en el pantano de
Alconétar.
Existen además unas cartas dirigidas al secretario Mateo Vázquez, por
el licenciado Santoyo, en abril de 1584, recomendando a varios sujetos para un
puesto vacante en la que se hace mención a Cervantes diciendo: “El Cervantes es
muy benemérito y sirvió ya en el partido de Montánchez muy bien”… Precisamente,
al hacer referencia a esto, don Tomás Martín solía dolerse de la incuria de los
extremeños que no habíamos siquiera investigado en los archivos montanchegos.
Por mi parte pienso que tenía razón y que, tiempo es aún de poner
manos a la obra, porque si Cervantes bautizó a una hija en el Casar, y sirvió
en el partido de Montánchez, algún dato más habrá quedado por esos archivos sin
desempolvar.
Diario HOY, 26 de abril de 1981
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