Las “Bandoleras” era el título de una zarzuela antigua con visos de
revista, pero un poco tomando en broma la afloración de mujeres-bandidos a lo
Curro Jiménez. También de tiempos en que la mujer comenzaba a irrumpir en los
asuntos públicos era el cuplé titulado: “Batallón de modistillas”, en el que
una serie de modistillas se tomaban muy “en serio” eso de ir al servicio
militar y hasta batirse en el frente, porque estaba reciente la segunda “Gran
guerra” y era un modo de tomar en broma la actuación de la mujer en ella….
Pero los tiempos traen otros aires y la dulce compañera que ha sido —y
en muchos casos sigue siendo—la mujer, la “media naranja”, se nos está agriando
y tomando derroteros que, la verdad, no nos gustan aunque se nos tilde de
románticos.
Ya en esta última guerra ha habido los cuerpos auxiliares femeninos,
aunque casi todos han sido en el extranjero; hay también el servicio militar de
la mujer de Israel, y de otros muchos países, entre ellos los árabes que
podrían ser los más reacios a contemplar a la mujer combatiente. Es más, hasta
hay una afloración —que nos preocupa— de mujeres terroristas… Pero con todo, no
nos agradan esos papeles en el sexo femenino porque no nos explicamos —dígase
lo que se diga— mujeres malvadas. Cierto que ha habido brujas, vampiresas,
estafadoras y espías… pero siempre con cierta clase y muy aisladas, por lo que
no acabamos de encajar a esas “bandoleras” que han aparecido en Cáceres en la
calle de la Cruz que, acaudilladas por un individuo, han limpiado de su cartera
y otros enseres propios —con intimidación— a un ciudadano. No sabemos si echar
la noticia a risa o indignación, porque en el entorno español y como
antecedentes no pueden citarse las
heroínas, que tenían unas motivaciones mucho más altas, como podría ser:
Agustina de Aragón o alguna otra. Tampoco cabe citar a la Serrana de la Vera
que a su modo trataba de vengar un agravio que le habían hecho los hombres.
En fin, que no me encaja a mí el que mujeres de nuestra tierra, aunque
sea acaudilladas por el “Curro Jiménez” de turno, desciendan a quitar el tabaco,
un bolígrafo y la cartera a un pobre ciudadano, tras de intimidarle… ¿A qué
tiempos hemos llegado?, ¿qué ha sucedido para que la dulce compañera que en
potencia es cada mujer, se nos convirtiera en “navajera”?... Es un punto de
meditación que yo no me atrevo a calificar ni juzgar, pero en el que habría que
pensar profundamente, porque una sociedad con mujeres bandidos, que no sean de
romance, la rechazo totalmente.
Diario HOY, 17 de marzo de 1981
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.