lunes, 19 de junio de 2017

Las imprecisiones americanas


Me llama la atención, aunque no sea nuevo, la alegría con que los norteamericanos se toman la historia, sobre todo cuando es la historia de los demás, aunque la suya la narran también a medida de sus deseos y arrimando siempre el ascua a su sardina. Pero en este mundo donde la gran publicidad la inventaron ellos y las grandes tiradas de sus periódicos anulan muchas veces la verdad ajena, lo suyo queda sobrenadando como la nata en un vaso de leche.
Según cuenta  Gustavo Valverde desde Nueva York, el gran rotativo (grande por tirada, no por precisión) “New York Time”, se refiere al fallido golpe de Estado ocurrido en España la noche del 23, y tras dar su opinión, cita como antecedente  lo ocurrido en España en la guerra de 1936 y dice textualmente, cometiendo una garrafal imprecisión: “cuando otra unidad de la misma Guardia Civil asesinó al líder monárquico José Calvo Sotelo, tío del actual primer ministro designado, Leopoldo Calvo Sotelo”.
Pero a nuestro juicio en cuanto a historia española se queda en la superficie y comete una garrafal imprecisión, porque quienes asesinaron a José Calvo Sotelo en el año 36 no fueron los guardias civiles, sino un piquete de Guardias de Asalto, Cuerpo ya desaparecido y creado no hacía mucho por la República como fuerza de choque para salir al paso de los frecuentes disturbios. Esa fuerza vino a sustituir a la que se llamaba “Los Romanones”, y por si alguien no lo recuerda, o no lo vivió, hubo hasta una compañía de ellos en Cáceres, con cuartel en la antigua “Casa de los Caballos”, que tuvo diversas intervenciones en revueltas callejeras ocurridas en Cáceres por aquellos años —que también las hubo—. Lo que sí tenemos que decir es que la llamada “Guardia de Asalto” no fue muy bien aceptada popularmente por aquel entonces y prueba de ello es que se cantó una canción cuya letra recordamos y que comenzaba:
“Madre, yo quiero ser Guardia de Asalto
no quiero trabajar por que me canso;
cuarenta duros dan y una pistola
y de regalo dan también la porra…”
Esta Guardia de Asalto desapareció tras de la guerra civil, viniendo a sustituirla la Policía Armada… En fin, que quede claro que a José Calvo Sotelo no lo asesinó la Guardia Civil, aunque lo diga el “New York Times”.
Diario HOY, 27 de febrero de 1981

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