viernes, 16 de junio de 2017

¿Le estamos dando para atrás a la manivela?


Decía mi buen amigo Antonio que, con la historia de España, no es que estemos como con el famoso “velo de Penélope”, tejiéndolo y destejiéndolo, sino que más bien, como en esas películas de Charlot, en las que se podía dar a la manivela en los dos sentidos, ahora le estamos dando al revés y vemos cómo, en el caso del bañista que se tiro a la piscina, vuelve al trampolín, etc…, y ahora le estamos dando marcha atrás a la Historia de España y volviendo a ver en el sentido contrario lo hecho anteriormente…
— Es por la falta de conocimientos de los que manejan la manivela —agrega— y no saben para qué lado darle… falta de conocimiento de la historia pasada y de otras muchas cosas…
Para mi buen amigo, en este paso atrás —parecido al de la moviola— hemos vuelto a ver los antiguos reinos cristianos —que costó tanto unir— en las actuales autonomías que —siempre según él— es ver a la inversa la película que pasó al derecho.
— Nos queda ahora, afirma, pasar hacia atrás la invasión musulmana… y ya ha comenzado con el deseo de entregar las mezquitas a los árabes.
Te aseguro que hay una falta total de preparación en todo,  y ya sabes lo osados que son los ignorantes. Recuerda aquello que se contó de un padre al que llegó su hijo pequeño a decirle:
— Papá, que dice el maestro que me tienes que comprar una enciclopedia para ir al colegio.
Respondiendo el padre:
— Irás andando, como fue tu padre.
— Pero aquello es un chiste —le dijimos.
— ¿Chiste, eh? Pues el padre del cuento, del que podría darte nombre y apellido, es ahora concejal de su pueblo —nos respondió—.
Desde luego nuestro buen amigo Antonio es hombre pesimista y con esas cañas ha montado su teoría en la que hay muchos fallos, porque por ejemplo le preguntamos.
—¿Y qué me dices de la invasión de los bárbaros, que también debería haber pasado en esa moviola?
—¿Y qué te crees que es la invasión de los políticos sin formación a cualquier nivel?, nos respondió.
La verdad es que quedamos pensativos.
Diario HOY, 4 de febrero de 1981

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