lunes, 19 de junio de 2017

Lo importante es el atractivo


Yo no puedo echar la culpa a los hoteleros, al menos sólo a los hoteleros, de la falta de plazas que en sus establecimientos hay determinados días: juras de bandera, Semana Santa y algunos fines de semana que se cuentan con la mano. Yo lo que digo es que lo bueno sería tener una jura de bandera cada día, o una Semana Santa continuada, con lo que nos aseguraríamos la ocupación total de los hoteles y alojamientos y, viendo que el asunto era negocio, ya tratarían de instalarse otros industriales del ramo y hasta de poner en marcha  el tan traído y llevado parador nacional de Moctezuma.
Pero las cosas hay que explicarlas, y a ello vamos, para que no piensen algunos que es posible tener una jura o una Semana Santa cada día. Lo digo en un sentido figurado. Lo que hace falta es hacer lo suficientemente atractivo Cáceres, buscando los motivos que sean, como para que cada día se nos llene de gente, y esa labor no es solo de los hoteleros sino de todos los cacereños incluidas claro es, la administración a nivel local, provincial y regional.
Hablaba yo con un hotelero de todo esto y, si uno se enzarza, se llega a lo del “huevo y la gallina” y a qué es lo que debe tenerse antes, si la gallina o el huevo. No es ese el problema. Las razones de los hoteleros son justas, porque nadie pierde dinero a sabiendas. Es cierto que la ocupación total de plazas ocurre en esas épocas mencionadas y algunas más, pero el resto del año nuestros hoteles tienen poca ocupación y casi “malviven” o sacan lo comido por lo servido,…. y ahora encaja eso de ¿por qué digo yo que la solución del problema está en tener una jura a diario? Lo digo porque muchas de las cosas que aquí se montaron, como fueron por ejemplo los Festivales Folklóricos Hispanoamericanos, y otras que se podían montar, cosas que arrastran una gran atracción hacia la ciudad, o nos las dejamos morir o no nos preocupamos de montarlas.
Pienso que resucitar los antiguos festivales sería difícil por aquello de que “nunca segundas partes fueron buenas”, pero nadie podrá discutirme que aquello fue un foco de atracción hacia Cáceres que se apagó en el mejor momento. No importa de quién fue la culpa. Lo que habría que preguntarse es: ¿Qué otras cosas pueden suscitar una apetencia a venir a Cáceres?
Alguna vez hemos hablado de la inigualable “ruta fluvial del Tajo”, que para sí quisieran otras provincias. Si le echamos imaginación, el recorrerla, el montar en su recorrido restaurantes, barcos de rueda anclados en algunos puntos, con sus salas de juego, como en el Oeste americano… En fin, échenle toda la imaginación que quieran, porque la materia prima está ahí, lo que hace falta es romper la abulia y echar imaginación y siembra de dinero a las cosas, porque sin sembrar no se recoge… Y en esto no podemos culpar sólo a los hoteleros, sino más bien culparnos todos. Lo de los festivales y la ruta son dos botones de muestra a los que cada cual puede agregar muchos otros, pero lo importante —téngase en cuenta— es montar la atracción que los hoteles vendrían por añadidura… ¿Entienden ahora lo de una jura diaria, o una Semana Santa continuada?
Diario HOY, 1 de marzo de 1981

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