jueves, 29 de junio de 2017

Nuestro cura Marcelo y “300 millones”

Foto: Lorenzo Cordero (HOY)
El hablar de un paisano siempre es agradable, aunque esté lejos. Máxime de un paisano de la categoría del sacerdote Marcelo Blázquez, que fue a Estados Unidos poco menos que de visita y lleva allí un montón de años como director del Apostolado Hispano y haciéndolo tan bien —y el que esto escribe lo ha comprobado sobre el terreno— que es “páter”, o director espiritual, de los reclusos de origen hispano en dos prisiones —quizás las más importantes del estado de Nueva York— y “paño de lágrimas” de cientos de hispanos que tienen su valedor en el padre Marcelo.
Muchas noches ha pasado Marcelo en la celda de los reclusos más díscolos, hablándole en su idioma, convenciéndolos para que sigan la buena senda, sin ñoñerías y con un lenguaje directo, que es el que entienden ellos.
“Me ayuda mucho —nos dijo una vez— el que los hispanos tenemos muy arraigado el sentido de la familia que, por desgracia, ya no tienen los anglosajones. Y busco a sus madres, a sus esposas, a sus hijos y procuro ayudarlos a todos para que ese contacto no se pierda.” En fin, que Marcelo tiene su método y, aunque no presuma de él, le está dando unos resultaos óptimos.
Recordamos una primera anécdota a Marcelo, sucedida cuando apenas había llegado a una de las prisiones. Sus superiores le dijeron que fuera y les dijera misa. Él respondió, más o menos: “Iré de momento a ayudarles, y les diré misa cuando ellos me pidan que lo haga.” No había pasado un mes y todos los reclusos —aun aquellos que presumían de ateos— le pidieron que dijera misa, y no faltaban ningún domingo a ella.
Ahora el olfato periodístico de Alfredo Amestoy ha detectado esta labor de un cura español en Estados Unidos y nos lo va a sacar en “300 millones”. No sabemos cómo saldrá el programa, lo que sí sabemos es que entre el 11 y 13 se haría la grabación. Los permisos están pedidos y las credenciales para el personal de Radio Televisión Española dadas. Aunque lo que salga serán unos minutos, se estima que el tiempo de trabajo sería no menos de cuatro horas ni más de seis.
Amestoy tiene muy buenas “mimbres” para hacer un buen “cesto”; esperemos que le salga redondo porque curas como el padre Marcelo los da esta tierra frecuentemente. Lo que hace falta es darles ocasión para que “se destapen”.
Diario HOY, 12 de mayo de 1981

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.