Sería tonto tratar de presentar el “Nano” a los cacereños, porque el
“Nano”, ese niño grande que recorre las calles de la ciudad cantando
“procesiones”, es no sólo conocido sino estimado de todos nosotros como algo
propio. Casi llegaríamos a decir que “Nano” en cierto modo, por haberse
granjeado el afecto y el respeto de todos, por su simple ingenuidad, por el
respeto con que trata a los niños —ya que él es un niño más—, es también familiar
de todos y cada uno de los cacereños. Que nadie nos toque a “El Nano” y que
nadie intente meterse con él, porque lo defenderíamos como lo que es, algo
nuestro y entrañable. Pues bien, ahora que se habla tanto de si vienen o no las
lluvias, tenemos que decir que ayer mismo “Nano” recorrió con “su procesión”
las calles más céntricas, cantando a todo cantar y, a su paso, muchos cacereños
complacidos —ya que hay un convencimiento interno de esto— decían: “Sin duda
las lluvias llegan”, porque muchos relacionan estas salidas de “Nano” con el
próximo cambio de tiempo. Ojalá no se equivoquen.
Para los forasteros, que podrían ser los únicos que no conocieran a
este personaje de la ciudad, aclaramos que “Nano” es ese niño grande que
disfruta jugando a hacer procesiones y a “echar sermones”, sermones que, dicho
sea de paso, tienen un énfasis y musicalidad clásica en estas piezas oratorias,
aunque la letra mezcle a la Virgen con la señora que le ha dado pan con queso,
y con la guapa de turno que pasa a su lado. Los niños de Cáceres disfrutan con
“Nano” y los mayores miramos complacidos a este personaje al que respetamos y
queremos. Él es más cacereño que la propia “Ceres”. Nacido y criado cerca del
barrio de San Antonio, precisamente en una casita que estaba frente a la calle
de la Portería (la que Juan Ramón Marchena se empeñó en cambiarle el nombre por
el de Callejón del Gallo, y con él ha sido famosa), es hijo de Simón el ciego,
otro entrañable cacereño… Pero hay algo que estamos seguros desconocen muchos
cacereños y es el nombre completo de este popular personaje, Pues bien, para
ese mundillo de la historia local, lo anotamos: “Nano” se llama Mariano Amaral
Pérez, aunque como a Napoleón, no se le conozca más que por el nombre de pila y
hasta en cariñoso diminutivo. Bien venida sea su “procesión”, si es que además
trae la esperada lluvia.
Diario HOY, 13 de febrero de 1981
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