sábado, 24 de junio de 2017

¿Pasaremos a ser pueblo estabulado?


El personal comienza a estar escamado y cuando le hablan de un “reajuste” de precios ya se malicia que lo que le quieren decir es “subida de precios”. Es más ya hay quien a las “Comisiones Encargadas de Precios”, que antes sirvieron para frenar las subidas de algunos, y hasta los más viejos dicen que aun para bajarlos, se las llama simplemente: “Comisiones Encargadas de Subidas de Precios”. Por eso se emplea mucho el eufemismo de llamar “reajustes” o “retoques” a las subidas exageras de precios que el decoro de los que los suben les prohíbe confesar. Decimos esto porque, la exacta definición de “eufemismo” es la siguiente: “Modo de decir para expresar con suavidad o decoro ideas cuya recta y franca expresión sería dura y malsonante…” ¡Y claro que es duro y malsonante decirle a uno con cuyo sueldo no le “llega la sal al agua”, que le han subido tal o cual cosa…! Pero el hecho es que las suben y que si el “eufemismo” sirve para que no nos muramos del susto, puede pasar, pero sin pasarse “dorándonos la píldora” porque puede ofendernos al pensar que se nos toma por subnormales.
Sin ir más lejos, en el último pleno municipal se acordó la subida de las tarifas del servicio de Matadero, contratado con “Mafricasa” que en cifras globales en algunos casos suponen casi el 90 por ciento y en otros más del 238 por ciento. Seguros estamos que los carniceros, cuando lo hayan visto, recordarán el viejo Matadero Municipal donde se les cobraba bastante menos y lo mismo pensará el público, porque esas tarifas y su subida las vamos a pagar los consumidores. Y no es precisamente la Administración la que dé ejemplo de parquedad, ya hemos comentado que el nuevo Gobierno es tan realista —dicho sea con eufemismo— que nos han subido, nada mas entrar, la gasolina y otros muchos productos y continúa en su marcha ascendente para llenar las arcas en las que dice el señor Calvo Sotelo “hay sequía”. ¿Pero quién somos las nubes, los administrados?, porque lo que debe pensarse es que los bolsillos particulares están bastante más secos que dichas arcas y si de recortar se trata debería haberse comenzado por los sueldos de los políticos. Por no ir más lejos —y reconocemos que esto no es artículo de primera necesidad, pero sí un síntoma— ahí está la subida de las licencias de caza y pesca que de un golpe han subido el 78 por ciento. Si esto sigue, ¿qué va a quedarnos?, el no salir de casa para no hacer gastos, aunque ya nos irán a cobrar al propio domicilio, y pasar de ser un pueblo “extensivo” y abierto a ser un pueblo “estabulado” (dicho sea sin ofender) para aguantar las excesivas alegrías de sueldos políticos, autonomías, etcétera, etcétera.
Diario HOY, 2 de abril de 1981

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