Una caja de puros tiene la culpa

Una caja de puros de debo a mi estanquero y estoy pensando en no pagársela por venganza de lo que el monopolio viene haciendo con los cultivadores, a los que se ha dicho le deben nada más ni nada menos que mil millones de pesetas. Esta decisión mía, de tomarla otros, sería una forma de presión casi de las características de una “huelga”; pero visto desde otro punto los que acabarían pagando los trastos rotos serían los estanqueros, que al fin y al cabo no tienen la culpa de que nuestros cultivadores no cobren.

Yo le he dado muchas vueltas al asunto y como quiera que estoy como otros muchos españoles, tratando de dejar de fumar sin sacrificios, he pensado también que ahora sería la ocasión de hacerlo como protesta… Pero, ¿y si el monopolio se agarra a que ha bajado el consumo y acaba no pagándoles? Como ven el tema es delicado y yo no sé de qué modo montar la protesta para que paguen a estos hombre, porque para darme ánimos, engañarme y engañar a mi esposa, que está empeñada en que deje de fumar, suelo decirle: “Pero mujer, si yo fumo porque como se ha dicho que de cada dos cigarrillos, uno de ellos está cultivado en Extremadura, y por otra parte se dice eso de “consuma productos extremeños”, no acabo de saber a qué carta quedarme…”

En fin, que esto es un lío, porque dejar de fumar no es fácil. Recuerdo a este respecto lo que sucedió a un conocido que preguntó al médico: “Doctor, ¿si dejo de fumar podrá vivir cien años?” Y el médico, que era otro fumador empedernido, le respondió: “Mira, no sé si serán cien años, pero sin fumar se te van a  hacer los días tan largos que acabarán pareciéndotelos.”

Pero dejando el consumo del tabaco aparte, pienso yo que esa deuda es demasiado gorda como para que pase desapercibida a gentes que, por otro lado, están diciendo que hay que atender al campo y a los que en él trabajan. Yo no sé si el presidente de la Junta de Extremadura, don Manuel Bermejo, fuma o no fuma hasta el punto de que le interese el tema, pero tengo entendido que, además de presidente, era —o sigue siendo, que esto no lo sé— subdirector del Cultivo del Tabaco, y estimo que, abarcando esas dos vertientes, bien podría echar una mano a los cultivadores para que cobrasen. Yo voy a esperar a ver qué hace, y si él lo logra, yo pagaré religiosamente la caja de puros a mi estanquero porque no quiero seguir el mal ejemplo del monopolio.

Diario HOY, 15 de abril de 1981