domingo, 23 de julio de 2017

A propósito de Granadilla


La verdad es que no tenemos suerte con los temas nuestros que trata Televisión. Prueba de ello es el reportaje que nos puso, no hace muchos días, de Granadilla, en el que nos quedamos con las ganas de ver cómo está ahora Granadilla, abandonada, convertida en una isla o península, etc., porque la cámara se empeñó en tomar sólo primeros planos de tejados en ruinas, que lo mismo podrían ser de Granadilla que de algún desvencijado almacén de Alcorcón, ponemos por caso. En fin, de agradecer es que se traten temas extremeños, aunque no sean al gusto de todos y ello nos da pie para decir cuatro cosas sobre esta desgraciada villa cacereña, que nos ha quedado momificada en vida como momificados quedarán otros muchos pueblos extremeños si Dios no lo remedia.
Granadilla fue en tiempos un pueblo esplendoroso, cabeza de una congregación de pueblos a los que pertenecen dieciséis localidades de Cáceres y dos de Salamanca; más tarde, cabeza de partido a la que pertenecieron pueblos tan importantes como Hervás… y todo ello se vino abajo hasta quedar convertido en un pueblo abandonado, cuyas tierras sirven de fondo al pantano de Gabriel y Galán, y cuya villa ha quedado como una isla a veces y como una península otras, cuyo actual propietario —que creo es la Administración— no sabe qué hacer con ella, y la está dejando que se arruine por sí sola, aunque se ha teorizado mucho sobre futuros usos que puedan dársele.
Hay una curiosidad que desconocen muchos cacereños y es que el verdadero nombre de esa villa fue el de Granada, pero al tomarse la Granada mora de Andalucía, en 1492, para no confundirlas se le varió el nombre a la nuestra y se le puso Granadilla, aunque sus naturales —en documentos, alguno de los cuales han pasado por mis manos— hacían referencia siempre al antiguo nombre de Granada, y Granada la siguieron llamando, por uso, hasta finales del siglo XVII. Es, si se quiere, un típico ejemplo de pueblo venido a menos, cuya suerte ha podido, y aún puede variar, si la Administración hubiera tenido más decisión sobre ello.
Uno de los proyectos de que se habló, no hace muchos años, era el de convertir aquel bello paraje y villa en una especie de “Parador Nacional”, en el que los alojamientos fueran sus propias casas restauradas y el magnífico castillo que aún está en pie. Es más, parece ser que una sociedad alemana tenía interés en esta transformación para montar allí una especie de villa-hotelera, para albergue de cazadores y pescadores que pudieran ejercer este deporte en el contorno…, pero de todo ello no ha vuelto a saberse nada. ¿Qué pasó con el proyecto?
Diario HOY, 28 de noviembre de 1981

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