sábado, 29 de julio de 2017

A propósito de la veda de la perdiz roja


Yo no sé si usted, lector amigo, es o no cazador, pero si no lo es, me va a permitir que la “ventana” de hoy la dediquemos a aspectos cinegéticos, porque como se da el caso de que muchos de nuestros lectores sí son cazadores y hay su “revuelo” alrededor de lo que hoy pueda decir el Consejo de Caza, que va a reunirse, es oportuno tratar este tema que, en cierto modo, rebasa el mundillo cinegético.
Ayer mismo, lunes, entró la veda para la caza de la perdiz roja, aunque las otras especies (excepto el pato, cuya veda entró anteriormente) puedan seguirse tirando. Las razones que se han dado para que esta veda de la perdiz entre anticipadamente son las que, dadas las condiciones meteorológicas adversas para la cría de estas aves, era aconsejable dejar de matarlas, puesto que la especie puede correr el riesgo aún de desaparecer. Son razones lógicas que cada cazador ha aceptado, porque el ejercicio de la caza lleva aparejado el ser consecuentes con todo lo que es de lógica: la perdiz se ha criado poco y mal, a cuenta de la sequía se han muerto muchas, se han cazado otras “al agua”, diezmando aún más la especie, etc., etc.
Pero hay un peligro a la vista y es que uno de los puntos que al parecer va a tratar hoy el Consejo de Caza es si se autoriza o no la caza de la perdiz roja con reclamo, puesto que la época para este tipo de caza está a punto de comenzar.
Bien, el simple enunciado de lo que acabamos de decir tiene indignados a un amplio grupo de cazadores que se preguntan y nos preguntan: “Si la veda de la perdiz roja se adelanta, porque la especie está amenazada, ¿sería un contrasentido del Consejo de Caza el autorizar la caza de esta misma especie con reclamo?” No queremos aducir más argumentos, que los hay, porque muchos cazadores están con la mosca en la oreja, ya que se siguen expidiendo licencias para la caza de perdiz con reclamo… Pero estimamos que si el ICONA es consecuente con sus propios argumentos y existe ese peligro para la perdiz roja, no habrá de caer en la contradicción de autorizar su caza porque el sistema de ésta varíe, y no vale aquí lo de limitar las capturas, porque esas limitaciones nadie las cumple y porque —dígase lo que se diga— la caza del perdigón es la que más perdices quita y en el peor momento, cuando se están apareando.
Ya les diremos lo que decide este Consejo de Caza al que debemos darle, al menos, un margen de confianza.
Diario HOY, 19 de enero de 1982

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