jueves, 27 de julio de 2017

Cáceres monumental, ciudad de museos


Casa del Mono - 1915
Me complace la noticia que nos llegó desde Madrid indicando que el lunes se abriría por fin el museo cacereño de la “Casa del Mono”, tras de las reformas pertinentes, sobre todo en el aspecto de seguridad, que tras el robo y posterior recuperación de sus fondos, se anuncia ya como muy cierta. En esa misma información se hacía referencia a otros museos cacereños, como son el veterano “Museo de las Veletas” y los nuevos que, como “donativo de la Diputación a la ciudad”, nos llegará como “reyes” anticipados, cuales son: el de Arte Contemporáneo de la “Casa de los Caballos” y el que ya ha anunciado el presidente de este organismo se donará también a la ciudad, para establecer en el mismo el Museo etnográfico, ampliado, ya que aparte de él figura en el propio “Museo de las Veletas”, y se instalará en un nuevo palacio de la ciudad monumental, que está a punto de adquirir la Diputación, ya que en el último pleno se admitió la opción de compra, cual es el palacio de los duques de Valencia. Todos estos museos se hacen, además, por acuerdos con el Ministerio de Cultura y una vez realizados y en marcha  señalarán a nuestra ciudad como una de las primera ciudades museísticas españolas, lo que no deja de ser un atractivo más para el turismo que viene a ver nuestra ciudad monumental y un amplio paso en el aspecto cultural de ella.
Museo de las Veletas - 1886
No obstante, para llegar a conseguir esa designación de “Cáceres, ciudad de museos”, habría que contar con una particular que ha cerrado sus puertas y que era francamente curioso, cual es la colección de armas antiguas que figuraban en el Gobierno Militar, que de algún modo y subsanando los inconvenientes que ahora existan, debería poder visitarse, aunque estimo que esa decisión es de sus propietarios, y también habría que montar otro museo nuevo, muy relacionado con ese, referido a la vestimenta que usaron nuestros antepasados en la época medieval —no me  refiero a la popular, que esa ya figura en el etnográfico, sino a las de las mesnadas o soldados que en la Reconquista vivieron en los palacios cacereños—. ¿Cómo vestían esos mesnaderos?, tanto los infantes como los caballeros, ¿qué armas usaban? ¿Cómo se defendía la ciudad en los “sitios”¿ Y ello desde el punto de vista cristiano y moro. Creemos que sería una forma de ver la historia muy instructiva para las actuales generaciones. La idea ahí queda, por si alguien quiere aprovecharla.
Diario HOY, 29 de diciembre de 1981

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