miércoles, 26 de julio de 2017

De lo vivo a lo pintado


Asombra, ahora que estamos haciendo los resúmenes del año, la cantidad de cosas que se prometieron se harían en el año que está a punto de terminar, y las pocas de ellas que lograron realizarse, la serie de promesas incumplidas y la serie de ilusiones rotas, si es que nos tomamos muy en serio la política de los políticos y las promesas de los que mandan en cada momento. Si hay un refrán que dice: “De dinero y santidad, la mitad dela mitad”, habría que inventar otro que dijera, más o menos: “De obras a realizar, la mitad de la mitad”… y me quedo largo.
Pero como da la casualidad de que esta fechas de Navidad y esquina de año —o sea paso de un año a otro—, son las obligadas de preguntar a los que tienen alguna función de mando, a los que llevan “el mango de la sartén”, tomado con sus manos, o a los vaticinadores, ¿qué va a pasar en el año que comienza, o cómo ven el futuro?, a uno —que profesionalmente tiene la obligación de hacer esa pregunta— le entran unas ganas enormes de decir:
— Don Fulano, vamos a contar mentiras. ¿Cómo ve usted para Extremadura, o para Cáceres el año que “entró en caja”?...
Y don Fulano, poniéndose muy serio, nos dirá que el próximo año se van a atar los perros con longaniza… Uno tiene la tentación de agregar: “¡Miau!”, a lo que tan seriamente expone don Fulano, sea el ministro de turno, sea el presidente de tal o cual organismo muy importante, o el preboste de jornada, porque lo insólito sería que don Fulano nos dijera:
— Mire usted, no sea ingenuo, que en el próximo año vamos a seguir vegetando, que no es poco, chupando del bote, que es lo secular… y recogiendo algunos “descartes” o migajas que sobren a quienes quieran dárnoslas y que bien venidas sean. Amén.
El pueblo, que lo comprende todo, sabe que don Fulano tiene obligación de echar esas mentiras —aun sin cruzar los dedos— y se lo traga todo… El que se lo crea es “harina de otro costal” y ello va formando un escepticismo general en el que se rompen muchas ilusiones que yo no sé si serán útiles o no para futuras empresas, si es que emprendemos alguna.
En fin amigos, que yo voy a escribir una carta a los Reyes Magos, en la que voy a pedir ilusión para el pueblo y… paciencia, porque parece ser que ellos son los únicos que pueden traérnosla.
Diario HOY, 20 de diciembre de 1981

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.