lunes, 31 de julio de 2017

El alcalde cayó en el garlito


El alcalde cayó en el garlito; o lo que es lo mismo, al coche del alcalde —al oficial— se lo ha llevado la grúa ayer, en la calle doctor Marañón.
“¡Lo que me alegro!”, nos decía ayer un amigo de esos que gustan de todas la noticias negativas, y agregaba: “¡Para que sepa el alcalde lo que es bueno!”
— “Oye, le decía otro, ¿y si se lo han llevado para dar ejemplo, pero le perdonan las dos mil pesetas?”
— “Que yo creo que le habrán perdonado —terció otro—, porque dime tú con qué cara se presenta esta grúa al próximo concurso que, quiérase o no, adjudica el alcalde… Para mi que esto es propaganda”.
Yo no sé si será propaganda o no, pero desde luego el caso es insólito, o lo era hasta hace poco… y hasta llego a pensar que nuestro alcalde habrá pagado las dos mil pesetitas, como las pagó la señora del gobernador civil, a la que también se le llevaron el coche hace días.
Por si alguno lo duda, vamos a darles más detalles resulta que ayer el alcalde tuvo que ir en el coche oficial a hacer una gestión a la Jefatura de Tráfico, y como la calle doctor Marañón está siempre imposible de vehículos, el coche hubo de quedar mal aparcado… Y sucedió lo que tenía que suceder, que alguien llamó a la grúa y ésta llegó y se llevó el coche del alcalde, con lo que éste —que es un demócrata empedernido— habrá tenido que pagar las dos mil del ala, si es que quiere dar ejemplo.
No obstante, en el fondo me alegro, aunque sólo sea por la razón de que el alcalde se entere sufriendo en sus “propias carnes” de lo mal que estamos de aparcamiento en la ciudad, asunto que o se soluciona urgentemente o no va a poder venir a Cáceres nadie sin correr el peligro de tener que pagarle su “impuesto revolucionario” a la grúa de marras, porque a la altura que se están poniendo los aparcamientos en la ciudad y con lo en serio que se lo han tomado los de la grúa —cosa que nos parece muy bien— vamos a tener que poner a las entradas de las carreteras un cartel que, poco más o menos, rece así: “No entre con coche en la ciudad, está todo completo”.
En fin, que el alcalde cayó en el garlito, pero como es él el que tiene que solucionar lo de los aparcamientos, mejor que mejor.
Diario HOY, 30 de enero de 1982

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