jueves, 20 de julio de 2017

El pueblo y la jerarquía de valores


Los partidos políticos que han estado hasta hace poco hablando unos de las crisis de otros, podrían haberse pensado eso de: “quien no tenga crisis que tire la primera piedra” y se habrían ahorrado muchos sinsabores, como ahora está ocurriendo en las filas de UCD, con la complacencia de otros partidos, más o menos mayoritarios, que se frotan las manos pensando aquello de: “divide y vencerás”. Claro que bien pensadas las cosas, los partidos, son más partidos, cuando se encuentran “partidos por el eje”, o fragmentados, porque no cabe duda que el más partido es el que se encuentra partido, al menos, en dos.
Pero en fin, por mucho que piensen los que están dentro que su partido es el más importante, tenemos que decir que la mayoría de ellos, de los partidos, están divorciados del pueblo, y hasta parece que van a contrapelo de él.
La verdad es que los “partidos” que más estima el pueblo son los partidos de fútbol, y si no lo creen, ahí tienen el llenazo que sufrió el “Príncipe Felipe” en el encuentro del Cacereño y el Rayo… ¡eso sí que interesa al pueblo y no si UCD, liga o no liga jugada con el señor Fernández Ordóñez!...
Oiga, y lo mismo diría del PSOE, del PCE, o del partido de Fraga, por muchas elecciones que ganara en Galicia, porque nuestros políticos parece que una vez elegidos se divorcian del pueblo, de sus apetencias y gustos y se convierten, como los antiguos emperadores romanos, en “dioses intocables e inalcanzables”… y no saben lo que se pierden. A este respecto les diré que yo vi ganar, hace ya dos años, unas elecciones a concejal en Salamanca, porque en la propaganda electoral el aspirante decía que su programa político era llevar al Salmantino a Primera División… ¡Eso es saber entender al pueblo!. ¿Cuándo nuestros políticos han prometido en su propaganda nada al Cacereño?. Y es que el fútbol es tan importante; mire, por no ir más allá, hasta el Ministerio de Educación ha tenido que aclarar que no se acortará el curso académico a cuenta de los mundiales de fútbol… y ya veremos si no lo dice con “la boca chica”…
Ahí tiene usted esa otra noticia que ha dado la vuelta al mundo, el secuestro de un locutor deportivo de Ciudad real, que hasta le pusieron una bomba en el pecho… ¡Si yo lo vengo diciendo a mi compañero Tomás Pérez: nómbrate un guardaespaldas, que cualquier día nos dan un disgusto!... En fin que hay que dar importancia a lo que la tiene, porque oiga: “¿… y de qué le sirve a un “hincha” ganar el mundo, si pierde el Cacereño?”
Diario HOY, 7 de noviembre de 1981

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