sábado, 22 de julio de 2017

El tren y sus promociones


Tengo que confesar que me gusta a mi la cancioncilla esa de “Chu, chu, chu… saque sus billetes en un día azul”, y hasta me extasío  viendo esos “trenazos” supermodernos que aparecen en la “tele”, en la bien montada propaganda que la RENFE viene haciendo de sus promociones para que los españoles viajemos en el tren. Sospecho yo que se habrá filmado el anuncio con los trenes españoles que la compañía tiene en algunas líneas privilegiadas, como las del Norte, Cataluña, Madrid, Levante, y eligiendo siempre el tren más moderno y mejor “puesto” de los que tiene la RENFE, que no debe andar muy sobrada de ellos… Digo esto, porque si la propaganda se hubiera montado con los trenes que recorren las líneas cacereñas hubiera salido el “tiro por la culata” en esta publicidad de promoción del tren.
No hace mucho se celebró aquí, en la línea internacional Madrid-Cáceres-Lisboa, el centenario de su puesta en marcha, recordando cómo hace un siglo los dos reyes peninsulares: Alfonso XII de España y Luis I de Portugal, vinieron a ponerla en marcha con el material que entonces era de lo más moderno que existía en los ferrocarriles, pero lo curioso es que la línea y los trenes que funcionan por ella casi siguen teniendo las mismas características que tenían los de hace un siglo apuntalados por los “desechos de tientas” que la RENFE nos va incorporando al darlos de baja en otras líneas más atendidas.
Por ello digo que de la publicidad a la realidad de nuestras líneas hay, si no un siglo de diferencia, sí al menos cincuenta años… Pero la publicidad es buena y hasta por aquí solemos “picar” con ella, porque esto de los “días azules” no es nuevo, sino que lleva varios años de vigencia. Como experiencia personal diré que, ya hace tiempo, yo también “piqué” con el anuncio y realicé un viaje a Madrid en invierno… del que no quiero acordarme, porque resulta que la calefacción, por no sé qué avería, no funcionó y los que fuimos y vinimos nos agarramos un catarro descomunal. A Salamanca y por el mismo motivo realicé otro y, al regreso, quedamos averiados en un túnel cerca de la estación de Río Tajo. Era noche oscura y pasamos allí más de dos horas esperando que llegara una máquina a rescatarnos, máquina que por cierto le quitaron a otro tren regular, que también tuvo que esperar lo suyo hasta que nuestro convoy fue llevado a Cáceres y pudimos “devolver” la máquina que se nos prestó para la emergencia… En fin, que cuando sale la propaganda, aunque cante la canción, al final de ella suelo hacerle lo que llaman “la pedorreta”.
Diario HOY, 20 de noviembre de 1981

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