miércoles, 19 de julio de 2017

La calle Moret, antes de Las Cortes

(Incluida en el libro “Ventanas a la Ciudad”)
Vamos a seguir con nuestro callejero explicativo de algunas de las vías de Cáceres, y vamos a seguir por aquello de que alguien nos ha preguntado: ¿por qué la calle Moret se llama así, y por qué los más viejos la llaman calle de Cortes? Ni que decir tiene que nos referimos a la calle que partiendo de la de Pintores, un poco antes de su mitad, lleva hasta la plaza de la Concepción. Es ésta una de las calles más antiguas de Cáceres y con la de Pintores una de sus calles comerciales. El viejo nombre de “calle de Cortes” o “de las Cortes”, le venía dado en memoria de las Cortes de Cádiz desde la Guerra de la Independencia y, por  tradición oral, muchos cacereños la siguen llamando así porque el nombre de “Moret” es nuevo, aunque con una novedad que parte de finales del siglo pasado y como homenaje al gran político que fue don Segismundo Moret Prendergast, que fue uno de los personajes nacionales que más se ocupó de Cáceres, logrando dar el impulso a nuestra ciudad que no habían logrado políticos anteriores locales ni nacionales.
Él fue un gran impulsor de la primera gran industria instalada en Cáceres, como fue la “Sociedad General de Fosfatos”, debido a la explotación de las minas que, años antes, había descubierto el cacereño señor Lorenzo “el Fraile”, del que ya nos ocupamos hace tiempo.
Don Segismundo Moret, era un jurisconsulto y político liberal que nació en Cádiz y vivió entre 1838 y 1913, fue ministro de Ultramar y de Hacienda en 1870, bajo la presidencia del general Prim, embajador en Londres, sucedió a Montero Ríos y creó el impuesto de la cédula personal, que prácticamente sirvió como de “identificación” hasta que se creó el actual Documento Nacional de Identidad. Hombre de gran cultura y elocuencia, autor de numerosas obras, miembro de diversas academias, presidente del Ateneo de Madrid, del Congreso, en 1912 y otros numerosos cargos. Su relación de afecto hacia Cáceres fue continua y él  fue uno de los impulsores para que la línea de ferrocarril a Lisboa, inaugurada en 1881, pasara por Cáceres. Nuestra ciudad, entre los muchos homenajes de agradecimiento que le rindió en vida, decidió poner su nombre a una de nuestras céntricas calles, que precisamente es esa por la que nos preguntan y que, es curioso, se ha mantenido sin cambios hasta nuestros días.
Diario HOY, 1 de noviembre de 1981

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