Yo no quiero ser agorero y máxime no sabiendo si la lluvia viene bien
o no, aunque se estropeen las ferias. Uno no sabe a qué carta quedarse y pienso
que, en efecto hay sequía, a la que le viene muy bien la lluvia, pero por otra
parte, con la feria en puertas, el ferial abierto, el concurso hípico en
marcha, etc. habrá a quien le venga bien el que no llueva, por lo que creo que
si, andando el tiempo, se lograra que lo del llover fuera como el tirar de la
cadena de la cisterna del “wáter”, o sea, para entendernos, que desde las nube
hubiera una especie de cadena colgando sobre cada provincia o región con la
idea de que, si se necesitaba la lluvia, se tirara de ella. ¿Ustedes se
imaginan la guerra que se formaría entre los que quisieran tirar y los que
quisieran impedirlo?
Pensemos que la “competencia” se le daba a la Junta de Extremadura y
que el amigo Bermejo se dispusiera a tirar de la cadena, porque los ganaderos y
los agricultores se lo habían pedido.
Pues bien, antes de agarrar el pomo de la cadena ya habría alguien que
—aun pistola en mano— le diría: “Quieto, que la lluvia viene mal para mis tomates, para mi feria, para mi
espectáculo, etc.”
¿Qué haría nuestro buen Manuel Bermejo?, lo inmediato reunir la Junta
y tener una larga discusión, en la que —a lo mejor— los socialistas decían:
“Cadena sí, pero con capitalidad en Mérida. Si no se nos compensa con esa
petición, aquí no tira de la cadena nadie”. Por su parte el grupo de UCD diría
que la cadena se intentaba politizar y exigirían una serie de consejerías a
cambio del tirón, o bien harían ver que la lluvia venía mal para la fruta
temprana, para los pastos, para la riqueza cerecera del Valle, y aun para los
industriales feriantes y taurinos, que a lo mejor hasta eran del partido… En
fin, que es mejor que no nos den, entre las competencias, la de la cadena y que
siga lloviendo según Dios quiera.
No obstante, y volvemos a lo del principio, creo que el tiempo se nos
ha estropeado: por anunciar las ferias (cosa que debería haberse llevado más en
secreto), por anunciar su corrida Luis Alviz y por dejar al Nano andar con “la
procesión” a sus anchas. Luego pasa lo que pasa, y a lo mejor habrá hasta gente
que proteste, pero mira, si la lluvia llega, que llegue, y luego salga el sol
por donde quiera.
Diario HOY, 26 de mayo de 1981
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