Sin discutir otras virtudes que sin duda tuvo, tengo que afirmar que
el fallecido obispo don Manuel Llopis Ivorra tenía una amplia vista comercial y
de futuro que no se si son peculiares a todos los valencianos o levantinos, o
eran virtudes propias y personales de don Manuel. Yo más bien pienso lo
segundo, y lo afirmo porque, por diversas circunstancias que no son del caso,
tuve ocasión de verle moverse en ese terreno y lo cierto es que asombraba la
soltura y vista con que se manejaba en él.
Recuerdo que con motivo de la inauguración de Radio Popular de
Cáceres, que es una de las realizaciones que se le deben, me manifestó de una
forma directa que tenía solicitado un canal de televisión para la diócesis.
— “Pero, señor Obispo, si la televisión es exclusivamente estatal”, le
dije, y me respondió:
— Ahora sí, pero alguna vez dejará de serlo y tenemos que estar los
primeros en la petición.
No di entonces mayor importancia a esto, y de ello no sé más que lo que el propio don
Manuel me manifestó entonces, y lo que en el mismo sentido le oí repetir varias
veces, pero vistas como están las cosas en las que el “ente” televisivo
paraestatal no complace a nadie, o para mejor decir, por complacer a unos
disgusta a otros, pienso yo que a lo que estamos llegando es a que sea la
sociedad la que pida que haya más de una televisión, como sucede en la mayoría
de los países. En México hay 14 canales y el Estado tiene solo uno de ellos,
igual que en otros países americanos y creo que en algunos europeos, con lo que
al televidente se le da opción a elegir lo que le gusta y no se le obliga a
“tragarse” las elucubraciones que una entidad, sin competencia alguna, se le
ocurre ponernos en las que, vistas las crecientes protestas, vemos que no
acierta y más que formar —a juicio también de muchos— desforma. Ya en un pueblo
de Cataluña se ha intentado hacer una televisión privada y el Estado la ha mandado
cerrar, cuando pienso que el futuro está precisamente en que el Estado no tenga
monopolios y menos televisivos… En fin, que don Manuel Llopis tenía mucha razón
y mucha vista de futuro, y si no al tiempo.
Diario HOY, 26 de junio de 1981
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