Las leyes sobran para los que no las cumplen, y si los que las cumplen
están en minoría, es tonto darlas. Nos referimos a todo el lío que hay
organizado entre los cazadores por si sale la media veda (la de la tórtola) o
no sale. El “deseo del legislador” —como diría un repipi— es que si este año no
se tira la tórtola, habrá más el próximo y, además, que de esta manera, a la
sombra de la tórtola no se matan otras especies. Este razonamiento se cae por
su propio peso por varias razones, que posiblemente desconoce “el legislador”,
y que son las siguientes: Si la tórtola se tira en las provincia limítrofes el no
tirarlas aquí es, cuando menos, “hacer el Quijote” (por no decir “el canelo”);
segundo, al que no cumple la ley le importa un comino que den otra más, que
sólo van a cumplir los “cazadores decentes” que cada vez están más en minoría.
Es más, esos “cazadores decentes”, dejarán de salir al campo y los infractores
y corsarios (que los hay todo el año) tendrán menos estorbos para seguirse
saltando la ley a la torera. Tercero, el aparato que pudiéramos llamar “represor”
—por llamarle de algún modo— para hacer cumplir la ley, aun reconociendo que
tiene muy buenos “agentes”, es insuficiente en la práctica —la Guardia Civil no
puede estar en todos lados, ni dedicarse exclusivamente a hacer cumplir la ley
de caza y los guardas de ICONA son escasos y tampoco tienen el don de la
ubicuidad—, las partidas de infractores no hacen caso a los dueños de la finca,
de la caza o de los cotos y, además, saben que las sanciones en la mayoría de los
casos se quedan en nada. No sabemos si será verdad o no, pero como muy cierto
nos han contado que una partida a la que se la cogió en coto ajeno, con una
treinta de conejos y unos cuantos hurones (dos aspectos totalmente prohibidos)
fue condenada a algo así como a una multa de 350 pesetas… A estos precios,
ustedes nos dirán quién guarda la veda.
Otra verdad que debe sopesarse es que los “emigrantes” o “inmigrantes”
cacereños que vienen a vacacionar a sus pueblos (si no todos una mayoría de ellos)
cazan haya o no haya veda… Entonces, oiga, ¿para qué tanta prohibición y tanta
gaita que van a acatar solo los cuatro que cumplen la ley?
Búsquese el “legislador” la forma de hacer “entrar por el aro” a los
que ahora no entran y no apabulle con más prohibiciones al cumplidor.
Diario HOY, 3 de julio de 1981
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