sábado, 1 de julio de 2017

Monumentos y estatuas cacereñas

(Incluida en el libro “Ventanas a la Ciudad”)
Ahora que el Ayuntamiento ha hecho un proyecto para una fuente monumental, con estatuas incluidas, en la Plaza Mayor, respondiendo a la oferta de regalo de dicho monumento por la Caja de Ahorros, ha surgido el tema de los pocos y escasos monumentos y estatuas que tenemos en la ciudad y alguien nos ha preguntado el significado de algunos, por ejemplo el que está en Cánovas —muy deteriorado por los gamberros— erigido en memoria de don Juan Muñoz Chaves...
—¿Quién fue Muñoz Chaves ?— nos ha preguntado alguno y nosotros vamos a tratar de dar respuesta a la pregunta porque al menos las nuevas generaciones, desconocen la personalidad de este cacereño que mereció los honores monumentales.
De entrada diremos que don Juan Muñoz Chaves fue un líder político liberal y un gran abogado. La antorcha del liberalismo la había ostentado esta familia, que era originaria de Bienvenida (Badajoz) aunque se afincaron en Cáceres desde mediados del pasado siglo, casi desde su llegada. Tan es así que en lo local y aún en lo regional al liberalismo se le conoció por “chavismo”.
Don Juan, incorporado al Colegio de Abogados en 1877, fue decano del mismo, presidente en la Cámara Agrícola, de la Diputación Provincial, diputado a Cortes por Hoyos, senador del reino por Granada y por Cáceres y gran amigo de don Segismundo Moret, que a la sazón era presidente del Consejo de Ministros y que lo nombró, en primeros de noviembre de 1909, director general de la Administración Local y miembro de la Comisión de Presupuestos del Senado y se dice que hubiera llegado a ministro, pues tenía dotes sobradas para ello.
Como abogado fue una lumbrera. El día 23 de marzo de 1917 falleció repentinamente, al llegar a su casa desde la Audiencia, donde acababa de informar en un pleito que despertó gran curiosidad por tener como oponente al eminente hombre público y jefe del Partido Reformista, don Melquíades Álvarez.
El monumento a su memoria fue realizado por el insigne escultor Mateo Inurria y por encargo y suscripción de los liberales de toda Extremadura, planteándose el problema de si se ubicaba en Cáceres o en Badajoz, cosa que se resolvió mediante sorteo, correspondiendo a Cáceres la posesión del monumento. Estuvo donde hoy está la Fuente Luminosa para pasar al lugar que ocupa en la actualidad.
Lástima es que hoy esté tan deteriorado y nadie se ocupe de repararlo.
Diario HOY, 22 de mayo de 1981

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