lunes, 17 de julio de 2017

¿Quién va a imponer seriedad?


Uno acaba teniendo el alma en vilo entre los síndromes tóxicos de los alimentos, cuyos responsables directos no acaban de encontrarse, y los listos, que aprovechando este “río revuelto”, acusan a tal o cual marca de poca seriedad con el objeto de imponer la suya. Ahora resulta que hay otro “affaire” entre laboratorios farmacéuticos catalanes por la vacuna antigripal de determinada marca que ha sido hasta sentenciado por un juez en el sentido de que —al menos la analizada— no es válida para curar la gripe; por su parte, el laboratorio fabricante acusa a la competencia y el usuario se queda con dos palmos de narices —que es por donde se estornuda— porque no sabe si la vacuna que compró es eficaz o si sólo se trata de una guerra comercial en la que de todos modos él se va a sentir el estafado… ¿Hasta cuándo los españoles vamos a servir de cobayas para algunos mercaderes —dicho sea en el peor sentido de la palabra— de los alimentos y de la salud…? ¿Es que nadie va a ser capaz de poner coto a esto?
Nos extraña que los franceses, que se agarran a todo, estén dándole vueltas al lograr que nuestros productos no vayan a Europa, pero habría que preguntarse si no somos los mismos españoles los que estamos dando pie para ello sin lograr aislar, no ya el virus, sino a los traficantes de los venenos alimenticios y a los “listos” que pescan en ese río revuelto.
Como este es tema que atañe a todos los españoles, es también el comentario de muchos sectores de la ciudad que estiman que el asunto lo están liando los que deberían aclararlo… y en cierto modo tienen razón porque ya ha pasado suficiente tiempo para que las aclaraciones y las acciones que ello debería llevar consigo se hubieran puesto sobre el tapete nacional.
A nadie le gusta dar la razón a los franceses, pero de seguir aquí, en el interior, el asunto tan nebuloso, vamos a acabar dándosela y no ha de extrañarnos el que el Mercado Común, Europa en definitiva, acabe diciendo: “Mientras no limpiéis vuestros venenos —tanto el de los alimentos como el de las acusaciones—,  aquí no entran vuestros productos.” Yo supongo que el asunto es lo suficientemente grave como para que se tome en serio por parte de nuestros políticos y de nuestros dirigentes.
Diario HOY, 17 de octubre de 1981

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