viernes, 28 de julio de 2017

Sobre el año que se nos entró por la puerta


Tras la tempestad viene la calma, y tras la tromba de agua y el fuerte huracán del día 29 al 30 nos llegó la Nochevieja con un tiempo más apacible, y los días primeros del año, al menos en Cáceres, han salido soleados y bonitos, cosa que es importante para secarnos del chapuzón de agua que nos mojó en los últimos días de diciembre y comenzar a restañar en seco los destrozos que agua y viento nos produjeron.
La Nochevieja, en general, pasó sin incidentes y la mayoría de los cacereños, al menos de la capital, festejaron la llegada del año 1982, dentro de las posibilidades económicas que cada cual tenía y en mucha parte asistiendo a las cenas y “cotillones” que se anunciaron para esos días, aunque la mayor parte lo festejó en casa, donde se tomaron las uvas y cada cual brindó con la frase de: “¡Año nuevo, vida nueva!”, y con los deseos de que el año que acababa de nacer trajera más prosperidades que el ido. Algunos mas escépticos pidieron sólo: “que nos quedemos como estamos”… que en muchos casos tampoco  es mal deseo…
Valgan los buenos propósitos de todos, que se suelen hacer tras de comer y beber, muchas veces más de lo corriente, pero que por estar así, “a medios pelos”, el año naciente no debe tomarlos muy en cuenta… porque, oiga, eso de “vida nueva” dentro del año que entra, desgraciadamente, no pasa de ser una frase hecha que a fuerza de repetirse, no trae los “propósitos de enmienda” que deberían ser necesarios para la realidad de una vida nueva como la que cada cual pide… y conste que es lástima, porque no es al año al que debemos pedírselo, sino a nosotros mismos, siendo un poco mejores, comportándonos con los otros mejor de lo que lo hicimos en 1981 y cifrándolo más en lo que en conciencia —en la nuestra— podamos hacer por los demás, que pedírselo simplemente al año.
En fin, para entendernos cabe el refrán de: “A Dios rogando, y con el mazo dando”… pero mientras nosotros “no demos con el mazo” de los buenos propósitos, poco podrá el año… Un año más para muchos, y un año menos para todos… y no queremos ponernos serios porque la alegría también cuenta y, aparte de lo dicho, deseamos ciertamente a todos un feliz 1982.
Diario HOY, 3 de enero de 1982

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