sábado, 29 de julio de 2017

Vamos con la cuesta


Comenzamos bien la cuesta de enero que nos quieren convertir en una carrera de obstáculos. Digo que la comenzamos bien, porque —para dar ejemplo— ya el Consejo de Ministros aprobó la subida de las tarifas eléctricas, poniéndolas a niveles que un simple calambre nos va a costar lo nuestro… Como compensación, nimia, se ha subido también el jornal mínimo, suponemos que para que tengan para velas los que se decidan a pagar la luz eléctrica… porque ni que decir tiene que esto de las subidas suele ser una cadena en la que, a poco que te lo pienses, unas subidas llevan concatenadas otras.
Si usted pensaba comprarse la calefacción por placa eléctrica, por ejemplo, se lo pensará más de una vez, porque el consumo del funcionamiento de este “cacharro” le ha quedado automáticamente encarecido… No obstante, como consuelo, se nos dice que “posiblemente no subirán más durante el año 82 estas tarifas, si los árabes del petróleo siguen manteniendo la promesa de no subirlo durante este año”. Este consuelo sería válido si es que todas nuestras centrales eléctricas fueran de “gasóleo”, pero por lo menos las que más producen y venden son las hidroeléctricas, que emplean agua y no petróleo y que ahora, con las riadas ocurridas, están trabajando a tope sin que se les haya encarecido la materia prima.
De todos modos, habría que comenzar a pensar en la sustitución del sistema clásico de electricidad por otros sistemas más baratos, como podrían ser los de las “células solares”. En la misma capital funciona ya un inmueble de varios vecinos que tienen montado en el tejado un “tinglado” de este tipo al parecer con resultados positivos; en alguna explotación agrícola de la provincia funciona también algún montaje de este tipo que aprovecha la energía solar, produciendo el consiguiente ahorro… Lo que nadie te dice es si esto es lo suficientemente positivo como para enjugar el desembolso inicial, que al parecer es fuerte, pero habría que enterarse.
De todos modos, uno piensa que las nacientes asociaciones de consumidores y usuarios deberían tomarse más en serio estas otras opciones e informar a sus socios sobre las ventajas o inconvenientes de aplicarlas. Porque no sólo en protestar por las subidas debe quedarse la gestión de estas asociaciones, sino en promover lo que en un futuro puede sernos útil y económico a los posibles usuarios… vamos, digo yo.
Diario HOY, 17 de enero de 1982

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