jueves, 13 de julio de 2017

Vamos a echarlo hoy por la cultura

Para que usted pueda “fardar” con los amigos, vamos a suscitar un tema que es de suma actualidad histórico-filológico y que se refiere a nuestra tierra, cual es el nombre de la carretera 630, que cruza nuestra ciudad entre los puntos Gijón-Sevilla, y que vulgarmente se la conoce como “Ruta de la Plata” o “Vía de la Plata”, puesto que estaba trazada sobre un antiguo camino o calzada romana que dicen —los investigadores, que son los que saben de esto— se llamó así en época del Imperio Romano. Pues bien, los entendidos en el tema hacían la derivación de que la calzada se llamaba “Vía Lata”, que en latín es algo así como camino largo, y de ahí derivó lo de “plata” por lo que ahora la conocemos. Bien, pues la verdad es que el profesor Hervás, que ha hecho el más acabado estudio sobre esa “vía” viene a decirnos ahora, poco más o menos, que de “plata” nada, ya que el nombre actual de plata deriva del arábigo “balata”, que significa empedrado, y que por tanto no procede del latín, sino del árabe, porque da la casualidad de que no olvidamos que los “moros” estuvieron aquí ochocientos años —al menos de media España para bajo— y ellos pusieron sus nombres al terreno donde generaciones y generaciones de ellos nacieron, por lo que no hay que remontarse en muchos estudios lingüísticos sobre nombres actuales. En definitiva, que nada de “camino largo” latino, sino “camino empedrado” árabe, porque así llamaron los “moros” a la calzada que estaba enlosada cuando ellos llegaron a España.
Es más, si usted quiere “fardar” aún más, puede decir que el verdadero nombre latino que recibió esa calzada fue “vía quinea” o “vía de los equinos”, porque por ella circulaban caballos. Es más, esa es la razón de que se llamara también “vía guinea”, como derivación de “equinos”. Y si aún quiere precisar más, diga que precisamente en Casar de Cáceres, por donde la vía pasaba, el nombre se ha conservado en la llamada “Fuente de la Kinea”, cuyo nombre se ha puesto a una sala de fiestas, y cuyo significado no es ni más ni menos que “fuente de los caballos”… Perdone usted la digresión si no le gustan estos temas, pero no está demás, de vez en cuando, “echar una canita a los histórico-cultural”… y ustedes disimulen.
Diario HOY, 27 de agosto de 1981

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.