domingo, 16 de julio de 2017

¿Y la electrificación, para cuándo?


Tengo que aclarar que me ha complacido la celebración que acaba de hacerse del centenario de la creación de la línea Madrid-Lisboa por Cáceres, cuyos actos he seguido con verdadero interés y a los que se ha dado el apetecido relieve, porque si hace cien años estuvieron en Cáceres, con este motivo, los dos reyes peninsulares, ahora han estado los ministros de obras públicas de las dos naciones que han hecho declaraciones a troche y moche prometiendo una serie de mejoras que esperamos se cumplan, a un lado y otro de la raya fronteriza. Nuestro ministro, José Luis Álvarez, ha dicho que nos va a invertir aquí 15.000 millones de pesetas y el portugués, Viana Baptista, que invertirá allí quince billones de escudos. Más realista el portugués, ha dicho, poco más o menos, que “conscientes de la importancia del tren en estos años de crisis energética” quieren volcarse en modernizar este medio que es su comunicación más directa con la Europa Comunitaria, por lo que esperaba que España no fuera un tapón en ese paso a Europa, que es como decir que esperaban la modernización de la línea española al mismo ritmo.
No sabemos si nuestro ministro, José Luis Álvarez, es tan realista como el portugués, pero hay varios aspectos en los que debería meditar la RENFE y nuestro ministro, porque justo es reconocer que —centenario y celebración aparte— nos separan años luz de los ferrocarriles europeos y al menos esta línea internacional Madrid-Lisboa ha sido la cenicienta de las ferrovías españolas y ha estado solo para recibir el material de descarte —o desecho de tiendas— que  a las demás líneas españolas les sobraba. A uno le asombra saber que en Francia hay ferrocarriles que corren a 300 kilómetros por hora; que en Italia —por poner otro ejemplo europeo y latino—  todos los ferrocarriles están electrificados porque las máquinas de fuel-oil producen un gasto que no puede soportar el país y la electricidad es un ahorro… Y no queremos hablar de otros ferrocarriles como los alemanes o de centro Europa que son un espejo donde debería mirarse nuestro ministro y nuestra RENFE si es que tienen los pies en el suelo… El que la línea Madrid-Lisboa siga como casi hace un siglo, con la ligera modificación de haber cambiado las máquinas de carbón por la de fuel, y poco más, es al menos un dispendio cuando la electricidad nos cuesta más barata que el petróleo y cuando el mismo Gobierno recomienda un ahorro que no cumple.. Por ello, lo menos que debería haber dicho el señor Álvarez es que se electrificaría la línea, porque lo de los 15.000 millones, para éstas y otras atenciones, y en el periodo del 82 al 84, es bien poco decir… ¡Vamos, pienso yo!
Diario HOY, 9 de octubre de 1981

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