lunes, 7 de agosto de 2017

Antiguos usos de nuestra Plaza Mayor


Ahora que el alcalde de la ciudad tiene “in mente” el volver a transformar nuestra Plaza Mayor, dotándola de un aparcamiento subterráneo que, dicho sea de paso, nos vendrá muy bien, es oportuno recordar alguna de las transformaciones que nuestra plaza ha sufrido a lo largo de los siglos.
Hemos elegido para esta ocasión algo que creo desconocen muchos cacereños porque, como suele decirse, “se pierde en el polvo de los siglos”.
Todavía puede contemplarse en la Torre de Bujaco, a media altura y desplazado hacia la izquierda de la torre, una balconada de piedra que no es tal balcón, sino un “arengario” porque desde allí se pronunciaban “arengas” y es tradición que los heraldos anunciaban las “juntas y torneos” que se daban en la propia plaza que era el “palenque” para estas confrontaciones de los antiguos caballeros y para entretenimiento del pueblo, que solía asistir a ellas viéndolas realizarse desde las murallas, que no tenían delante, como ahora, edificaciones. Es curioso saber que a dicho balcón o “arengario” se sube ahora desde un pasadizo que parte de la Plaza y no desde la torre, porque la balconada no tiene que ver con la torre,  pero sí con otra parte de la plaza que desapareció en 1788. Nos explicamos:
Delante de la Torre de Bujaco, y bajo la balconada aludida, existía un graderío de piedra, en semicírculo y en forma de teatro de un alto de “tres varas”, como refleja en unos documentos antiguos el sacerdote Simón Benito Boxoyo, que vivió por aquella época. Al lado de este semicírculo había unos poyos, también de piedra, y es tradición que servía para que nuestro Ayuntamiento hiciera desde allí las audiencias públicas en que se oían y sentenciaban causas, ya que nuestro Ayuntamiento, por Fuero, impartía su propia justicia. Es de suponer que dichas gradas servían, asimismo, para que el Concejo y los importantes presenciaran desde allí los aludidos torneos y hasta también es posible que en dicho recinto se diera algún “auto sacramental” u otra clase de teatro, lo que puede deducirse de este documento que agrega: “La pared “de la Torre) hasta cinco varas y todo el ancho que ocupaba el graderío estaba adornado de pincel, aunque no se distinguen las figuras que representaban”…
Estamos seguros que muchos cacereños desconocían estos aditamentos que en lo antiguo tuvo nuestra Plaza Mayor y que se quitaron en 1788,
Diario HOY, 18 de marzo de 1982

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