sábado, 5 de agosto de 2017

Don Manuel y los pasteles de Zorita


He admirado siempre al pueblo de Zorita, bella localidad que está en el camino de Guadalupe, como lo está Logrosán y Cañamero. Cada uno de nuestros pueblos tiene su especialidad y la de Cañamero, con su riquísimo vino, no se le oculta a nadie; Logrosán destacó más que en la producción de alguna especialidad bebible o comestible en el haber nacido en su suelo gentes tan ilustres como el médico Sorapán de Rieros, que tiene la “Medicina en proverbios”, o el sabio polifacético que fue Mario Roso de Luna, descubridor de asteroides y fundador hasta de una religión…
Zorita lo distinguía yo por haber nacido allí el marqués del Socorro, al que la Liga Naval le hizo un monumento y también, y cuento una intimidad personal, porque allí vio la luz mi buen amigo y compañero Antonio Barquilla, que “tampoco es manco” y si no, al tiempo… Pero lo que yo no conocía de Zorita eran sus especialidades gastronómicas que, al parecer, las tiene y que desvelando un secreto, y porque me lo han contado así, voy a referirles.
Resulta que unos amigos, que me merecen todo crédito, en una de las idas a Guadalupe pararon en una pastelería de este bello pueblo, y encargaron y consumieron unos riquísimos pasteles que allí fabrican con métodos caseros y artesanos, que son los que están en moda. Encomiando la mercancía, el dueño del establecimiento les dijo, como explicación de esta excelencias del producto: “Es que nosotros somos abastecedores del alcalde de Cáceres”, cosa que convenció a mis amigos, porque sin duda el alcalde de Cáceres es persona de buen paladar y sabe apreciar lo bueno.
Lo que ya no me dijeron, pero me imagino, es si el establecimiento tiene puesto algún cartel que así lo diga, como solía hacerse de antiguo en muchos establecimientos que solían ponerse: “Abastecedores de la Casa Real”, o de cualquier personaje conocido. Es más, no se si el bueno de don Manuel Domínguez, nuestro alcalde, conoce el tema. Si lo conoce, es para ponerse “muy ancho”, pero como somos amigos de él y sabemos que ahora tiene “régimen alimenticio”, desvelamos un poco el secreto como “tirón de orejas” afectuoso, porque hasta han llegado a decirnos: “Si don Manuel se pierde en Cáceres, que lo busquen en Zorita”… y por algo será.
Diario HOY, 7 de marzo de 1982

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