La callejina de la cárcel

Vista desde la calle Nidos

Por un acuerdo del último pleno municipal se ha iniciado el expediente de “desafección del uso público del callejón de San Benito”, que dicho de otro modo, trata de cerrar el paso en la calle de este nombre, calle que desconocen muchos cacereños que nos han preguntado cuál es y dónde está, y como en alguna ocasión nos hemos ocupado de la historia de las calles cacereñas. vamos a dar una breve historia de ésta a la que ahora se quiere dotar de dos verjas que cierren el paso a ella, pero quedándola prácticamente a la vista de todos.

Esta calle de San Benito es la que vulgarmente se conoció de antiguo como “Callejina de la Cárcel”, ya que la antigua Cárcel Provincial estuvo en ella, aunque su entrada principal era por la calle Nidos, pero muchas de las ventanas de esta prisión daban a la referida calleja, y hasta podemos decir que por razones de seguridad el paso por ella estaba limitado normalmente por algún centinela de dicha cárcel,

La cárcel vieja referida prestó servicio hasta el año 1937 más o menos en que comenzó a utilizarse le Prisión Provincial actual, que está próxima a la barriada de Pinilla. Dicha cárcel forma parte del edificio de la Audiencia y tenía acceso directo a ella para que los reos a los que había de juzgarse no tuvieran que atravesar calle alguna. Este edificio debió construirse allá por 1791, cuando también se hizo la Audiencia Territorial, y desapareció por ampliación de la misma en las obras que se hicieron en 1958, ocupando hoy su espacio los juzgados del Palacio de Justicia a los que ahora se entra por la calle Nidos.

La calle de San Benito, o callejón de la cárcel, fue por tanto casi una calle particular de la Audiencia, tanto para seguridad de esta cárcel como para pasar por ella tanto los reclusos al ingresar en la misma, como los servidores de esta prisión y siempre fue una calle poco frecuentada.

Refiriéndonos a la cárcel desaparecida diremos que su última utilización fue en la última guerra civil, porque la nueva a veces era insuficiente para el gran número de detenidos, pero fue siempre un edificio lóbrego y concebido casi con una visión medieval y deprimente, por lo que su desaparición fue lógica. La calle de San Benito vino a servir a los fines de esta cárcel y su cierre actual lo consideramos también lógico.

Diario HOY, 12 de febrero de 1982