lunes, 21 de agosto de 2017

La gasolina y el “caso Abundio”


Me parece a mí, querido lector, que según se están poniendo las cosas nos va a pasar como a Abundio. Seguramente usted conocerá el “caso Abundio”, porque es sumamente conocido. Abundio fue el que tuvo que vender el coche para poder comprar gasolina. Pues como el buen sentido no lo remedie me temo que muchos de los que ahora tenemos coche vamos a tener que imitarle.
Lo malo es que el coche hoy día no es un lujo, aunque el Gobierno o la Administración se empeñen en cargarle con el alto “impuesto de lujo”, del que vienen protestando fabricantes y vendedores de estas máquinas, que, al decir de ellos, suponen unas trabas a la hora de colocarlos a los cada vez más escasos compradores.  El coche hoy día en muchos casos es una herramienta de trabajo de la que no se puede prescindir en muchas profesiones a menos de prescindir también de la profesión: albañiles, representantes, periodistas y un largo etcétera lo siguen utilizando como tal. Y es  a éstos a los que peor se les van a poner las cosas.
No hace muchos días el propietario de una estación de servicio nos contaba que hay muchos usuarios que se acercan al poste de la gasolina para poner a su coche lo que les puedan dar por cien, doscientas y aun por treinta y tantas pesetas… porque no se tenía más dinero para más. Piensen qué pasará si la gasolina, que según declaraciones del propio presidente de CAMPSA, Enrique Sánchez de León, “en España está en la cota máxima de los precios europeos”, nos vuelve a subir de nuevo.
En este sentido se han manifestado ya los expendedores, los fabricantes de coches y otros profesionales más señalando la inoportunidad de una subida de precios, subida que, al parecer, es inminente por el déficit público.
Hay unas noticias concatenadas, que por cierto publicaba ayer nuestro periódico; una, referida a las declaraciones del propio Sánchez de León, que decía: “La gasolina puede subir en cualquier momento”, y otra relacionada con los acuerdos que se están discutiendo entre CAMPSA y las centrales sindicales sobre el posible “cierre nocturno y dominical de las gasolineras”… No quiero ser pájaro de mal agüero, pero pienso que si la gasolina sube, no sólo se va a conseguir el cierre nocturno y dominical de las gasolineras, sino el cierre definitivo de muchas estaciones por la falta de clientes. Vamos, lo que decíamos de Abundio al principio del comentario.
Diario HOY, 8 de julio de 1982

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