viernes, 11 de agosto de 2017

Lo de la cofradía debe tener “bula”


Me decía mi buen amigo Antonio Paramio, presidente de la Cofradía Extremeña de Gastronomía, a cuenta de la “I Semana de Gastronomía Extremeña”, que comenzó ayer y que continuará celebrándose estos días en la región, con una serie de interesantes conferencias de diversas personas impuestas en el tema, si no sería inoportuno el que la “Semana”, programada hace ya muchas fechas, venga a coincidir con la protesta regional ante el Gobierno a cuenta de la negativa o demora de la instalación de la planta de pellets en Fregenal que, como se sabe, ha provocado encierros voluntarios, huelgas de hambre, etc.
No parece sino —decía— que la coincidencia imprevista, en fechas, con esta protesta, viene a estimular el apetito de los extremeños, con estas conferencias sobre la gastronomía y temo que pueda tomarse a mal…”
En fin, el amigo Paramio, que, como todos los integrantes de la Cofradía, es un extremeño por los cuatro costados, temía esa mala interpretación, ya que él y sus cofrades están de acuerdo en la protesta y hasta serían capaces de encerrarse en “huelga de hambre”, si para bien de la región era. Pero nos explicaba que las conferencias estaban ya ajustadas y programadas antes de saberse nada de esta protesta y no le parecía serio decir a los conferenciantes —muchos de los cuales han tenido que ajustar sus compromisos para el desplazamiento— que la “Semana” quedaba retrasada, con carteles ya tirados, etc., etc. En fin, para entendernos, que parecía un contrasentido que mientras unos extremeños hacen huelga de hambre, otros hagan divulgación de los buenos platos.
Yo, estimando unas razonas y otras — como creo que pensarán ustedes— le dije que, a mi juicio, no tenía que ver una cosa y otra y hasta le referí el consejo que en tiempos un cura, amigo mío,  dio a una pobre familia de campesinos —que no comían carne ningún día del año, por su propia pobreza— y que le vinieron a consultar qué hacían, ya que les habían regalado un cabrito precisamente en días de abstinencia y ayuno, y si observaban el ayuno la carne se les estropearía: “Cómanlo bajo mi responsabilidad —dijo el cura— que ustedes no pecan”… Y esto mismo pienso yo del caso de Paramio.
Diario HOY, 20 de abril de 1982

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