sábado, 19 de agosto de 2017

Los “hombres barómetro”


Desde luego hay que creer en las brujas, o al menos en los duendes. Hay personas que tienen buena mano para unas cosas y mala para otras, y esto debemos aceptarlo como cosa indubitable.
Cuando ayer comentábamos que nuestro amigo el empresario taurino Luis Alviz, iba a organizar una novillada, y le embromamos con la lluvia, no podíamos esperar que la cosa fuera tan cierta, pero la verdad es que Luis ayer mismo comenzó a pegar los carteles de la novillada, y ayer mismo se desató un régimen de lluvias que nos tomó a todos de sorpresa —aun al mismo Alviz—. Juntos estuvimos y su esperanza es que, de aquí al sábado día 3, que es cuando se realiza el festejo, este régimen lluvioso habrá más que pasado…; que así sea.
Pero lo que sí tenemos que decir es que hay hombres barómetros que de una manera subconsciente notan los cambios de tiempo. en el mundo animal esto es corriente y los observadores de este mundo, la gente del campo, lo sabe perfectamente Por ejemplo, el ver a los pájaros bañarse en los charcos es una señal cierta de que el tiempo cambiará; se dice, asimismo, que cuando en la época de letargo se ve a los lagartos tomar el sol, es signo  cierto de cambio de tiempo; lo que pasa es que en el mundo humano estas observaciones no solemos hacerlas, pero no hay que dudar que, aun racionales, somos tan animales como el resto de las especies y notamos —sin darnos cuenta— estos cambios.
Por simple observación puedo decirles que yo conocía a una familia que cuando decidía hacer limpieza general en la casa —no la habitual que se hace diariamente, sino esa en que hay cambio de muebles, etc.—, la lluvia era segura. Muchos, como los pájaros, sienten el deseo de ducharse cuando hay un frente de lluvias próximo. Por sobradamente sabidas, no hablamos de las premoniciones en este sentido de los reumáticos, o de los operados que sienten molestias en sus cicatrices. En fin, que volviendo al principio de nuestro artículo, yo soy de los que estoy convencido que Alviz “tiene duendes” en este sentido y su calvario es que los festejos que él organiza tienen que contar con tiempo soleado, porque si tuvieran que contar con tiempo lluvioso, se inflaba… Dicho sea todo esto en el deseo de que el día 3 haya escampado y esa novillada, en la que este amigo tiene tanta ilusión, salga a las mil maravillas y sin la incertidumbre de la lluvia.
Diario HOY, 26 de junio de 1982

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