lunes, 21 de agosto de 2017

Los “misterios” del veraneo

El que más y el que menos, en plan familiar, comienza a trazar sus vacaciones de verano, si es que no las ha trazado ya y se encuentra broceándose en alguna playa o matando langostos por esas sierras de Dios.
Es cierto también que muchos, y quizás cada día en mayor número, han de contentarse con lo que mi compañero en la radio, Polito, llamaba, con la gracia que le caracteriza: “La playa del Botijo”, para dar a entender que los calores se los pasaría en casa y alrededor de ese oasis clásico de agua fresca que son nuestros “piporros”.
Pero esto no quita para que muchas familias estén en estos momentos solicitando información de las agencias de turismo, o de los sitios oficiales que antes llevaba “Educación y Descanso”, para pasarlo en residencias que ahora están incardinadas a otro estamento oficial, cuyo nombre no recuerdo de momento y ustedes me perdonarán que todavía no me haya aprendido el nombre.
En fin, que cada familia, mirando en principio qué dinero puede destinar a estos menesteres —dinero que cada año va siendo más escaso— lea y relea una y otra vez las propagandas que esas agencias de viaje proporcionan, todas muy llamativas, con gran profusión de fotos refrescantes, en las que se ofrecen veraneos, en tal o cual sitio, “desde tantas —y aquí un número asequible— pesetas”. Suele luego suceder que el “desde”, se incrementa siempre con algunas, bastantes, pesetas más por este u otro matiz, y lo que en cartel es un reclamo se convierte después en algo más serio y privativo.
Pero hay un fenómeno que no podemos dejar de señalar y que suele extrañar al veraneante español de a pie, con pocas posibilidades económicas. Resulta que en la actualidad, y en líneas generales, sale más barato veranear en el extranjero que en el propio país. No digamos si el país es de los de la “esfera del Este”, porque en ese caso las promociones que se vienen ofreciendo son francamente baratas, con lo que el paisano que en principio hubiera querido pasar unos días en la Costa del Sol o en la Costa Brava, acaba marchándose a  China, Yugoslavia o cualquier otro país extraño del que volverá más o menos complacido, pero es el que “le han obligado” a elegir por sus escasas disponibilidades económicas… Yo no sé si esto será bueno a la larga. Puede que al extranjero le resulte barata España, pero lo que sí digo es que a los españoles nos está resultando carísimo y privativo veranear en ella, aunque sigamos diciendo que somos una “potencia turística”.. ¿Quién nos aclara el misterio?
Diario HOY, 7 de julio de 1982

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.